Todas somos líderes

Wanja Heimpell
Socia fundadora de Unitaha Consulting

En mi época universitaria soñaba con ser una gran líder, de esas que aparecen destacadas en las revistas de economía. Recuerdo haber leído muchas entrevistas y tratar de entender qué hacían las mujeres líderes del mundo. Algunas de ellas participaban en organizaciones sociales, otras hacían clases en los postgrados de las Universidades, otras eran ejecutivas exitosas de grandes empresas multinacionales. Cada vez que aparecía un ranking de mujeres líderes revisaba a qué se dedicaban estas personas, sus logros me parecían inalcanzables y asombrosamente increíbles.

Cuando comencé a trabajar estaba enfocada en desarrollar una carrera profesional que algún día me permitiera estar en esos rankings.

A medida que pasaba el tiempo comencé a conocer gente con grandes experiencias de vidas. Conocí a personas que tenían algún tipo de discapacidad y habían logrado terminar una carrera profesional; mamás que tenían dos y hasta tres trabajos para sacar a sus familias adelante; personas de muy escasos recursos que vivían en poblaciones peligrosas y habían logrado estudiar y ahora eran profesionales; personas jubiladas que habían decidido volver a trabajar para aportar económicamente en sus casas; ejecutivos de importantes empresas que habían tenido que dejar solas a sus familias para poder cumplir sus obligaciones laborales; madres que abandonaron sus trabajos para poder cuidar a un hijo que había sufrido un grave accidente; personas que habían sufrido grandes enfermedades y se habían replanteado su vida luego de recuperarse; mujeres que habían perdido a sus maridos y habían tomado las riendas de la familia; mamás que luego de un extenso día de trabajo llegaban a sus casas a preparar la comida, jugar con sus hijos, limpiar la casa, hacer tareas, y todo lo hacían con una gran sonrisa evitando demostrarle a sus hijos que estaban cansadas; mamás que habían decidido abandonar sus sueños laborales para dedicarse 100% al cuidado de sus hijos. Podría seguir enumerando características de la gente que he conocido, pero quisiera plantearles la siguiente pregunta: ¿Qué tienen en común las personas que había conocido en mi vida con las personas que aparecen en los ranking de liderazgo?  Al principio no lograba encontrar mucha relación, pero luego llegué a la conclusión de que en ambos casos existían muchos conceptos en común: propósito, proactividad, esfuerzo, empatía. Esta reflexión generó un cambio en mi forma de ver el liderazgo. Al parecer un ranking es una forma de ser líder. Estoy segura de que esas personas tuvieron que esforzarse mucho en sus vidas para lograr aparecer en ese ranking, pero también soy consciente de que existen muchas personas que son grandes líderes y no han aparecido en ningún ranking.

Cuando creí que tenía resuelta mi inquietud de muchos años, apareció una pandemia, dicen que la más complicada de la historia, y lo vivido durante estos meses me da, nuevamente, una lección de vida: Todos hemos tenido que intensificar nuestro ejercicio de liderazgo en estos últimos meses: algunos han tenido que reinventarse en sus trabajos, otros han tenido que acompañar a familiares durante esta enfermedad, otros han enfrentado la pérdida de algún ser querido y han debido seguir adelante. Hemos tenido que aprender muchas cosas en muy poco tiempo: medidas de seguridad sanitaria, usos de nuevas tecnologías, formas de abastecerse, ejercer nuevos roles en casa… En resumen, ejercer liderazgo para salir adelante junto a nuestras familias.

Si buscamos en un diccionario o en algún buscador en internet, encontraremos muchísimas definiciones de liderazgo, para mi es la siguiente:

LIDERAZGO = PROPÓSITO + PROACTIVIDAD + ESFUERZO + EMPATÍA

Si analizamos el liderazgo bajo estas cuatro palabras, estoy segura que todos nosotros hemos sido líderes en algún momento de nuestras vidas, en algunos casos por mucho tiempo y en otros, pequeños períodos. 

Quisiera pedirles un favor, ¡créanse el cuento! Cada uno de nosotros es especial y ha logrado importantes cosas en su vida, desde el punto de vista familiar, profesional, medioambiental, social, etc. Muchas veces van a aparecer problemas, vamos a tener ganas de no seguir intentándolo, pero recuerden que ¡para ejercer el liderazgo se requiere esfuerzo! Y como dice el dicho: Después de la tormenta, siempre sale el sol.

Wanja Heimpell
Socia fundadora de Unitaha Consulting

clear
TOP