Hay días en que nos gustaría hacernos bolita y desaparecer por un buen rato. Para minimizar el estrés un poquito más de lo habitual en estos días, te aconsejamos estos sencillos ejercicios que te ayudarán eliminar lo innecesario para sobrevivir en tiempos de caos.
Por Fran Vives K. / @franvivesk
1. Menos control
A menudo intentamos controlarlo todo. Este enfoque consume mucha energía y suele ser ineficaz. Nuestra moral se debilita, nuestra salud se deteriora y nos volvemos menos capaces de trabajar. Por eso, para aprender a soltar, es importante reconocer las cosas en las que no podemos influir y, por tanto, no podemos controlar. ¿No sabes si tu trabajo durará para siempre? No es necesario que te comas a ti mismo. La situación no depende de ti ahora.
Haz una lista de las cosas sobre las que no tienes control y en las que tiendes a centrarte innecesariamente. Esto te permitirá ver la situación desde fuera y hacerse las preguntas adecuadas: ¿Es esta situación tan importante como creo que es? ¿Qué pasa si no puedo resolverlo? ¿Qué puedo hacer al respecto?
2. Recurre a tu cuerpo
Nuestro cerebro es muy perezoso y suele trabajar en los mismos temas las 24 horas del día, simplemente persiguiendo los mismos pensamientos en círculos. No lo notamos, pero esta rotonda es muy agotadora. Por lo general, estos pensamientos se refieren a situaciones estresantes: una pelea con un colega, malas noticias en la televisión, problemas familiares. Sigues repitiendo la misma escena, asumiendo diferentes escenarios. Una buena manera de “calmar” este remolino es reconectar con tu cuerpo. Esto dará un respiro al cerebro. Tómate 10 minutos al día para “escanearte”. Concéntrate en cada parte de tu cuerpo, considera las piernas, los brazos, la espalda y la cabeza. De este modo, liberas la tensión y podrás recargarte. Puedes hacerte un auto-masaje o un masaje con cepillo seco. También puedes frotarte con una loción corporal. Y si estás en pareja, pídele o que te dé un masaje. Al pasar de los pensamientos caóticos a las sensaciones físicas, te librarás del estrés.
3. Realizar ejercicios sofrológicos
La sofrología es un conjunto de movimientos físicos sencillos que se centran en las sensaciones corporales y ayudan a relajarse. Esta práctica facilita la consecución de la atención plena a quienes les resulta difícil entrar en la meditación. Puedes descargarte una app, como Respiración Antiestrés y hacer los ejercicios en casa con una guía.
Por cierto, los ejercicios de meditación de baja atención también ayudan a relajarse. Por ejemplo, cuando laves los platos, intenta sentir el agua corriendo sobre tus manos, el olor del jabón o el ruido de los cubiertos. También puedes “meditar” mientras te duchas, riegas o preparas el desayuno. Esto, en particular, te permite fijarte en el momento presente y no tener la mente dispersa en diferentes direcciones.
4. Respiración coherente
Similar a la sofrología, se trata de una herramienta ideal para tratar la ansiedad. La respiración coherente es un sencillo ejercicio respiratorio que puede restablecer rápidamente la calma. Se trata de una respiración medida y consciente con una frecuencia de unos cinco movimientos respiratorios por minuto. Cuando se respira de esta manera, los niveles de cortisol, que se producen cuando se está estresado, disminuyen gradualmente.
El ejercicio puede realizarse en cualquier postura o incluso en movimiento.
Relaja el cuello y los hombros tanto como sea posible. Los músculos estas partes del tu cuerpo también deben formar parte del proceso de respiración.
Inhala lentamente por la nariz, contando hasta cinco, para que tu estómago se eleve y tu pecho se mantenga quieto.
Exhala de la misma manera, lentamente, contando hasta cinco y tratando de botar el aire y vaciar los pulmones tanto como sea posible. La exhalación debe ser tan tranquila y medida como la inhalación.