Los beneficios respaldados por la ciencia de ser un amante de los gatos

Hoy, 8 de agosto es el Día Internacional del Gato, mejor fecha imposible para hablar de las investigaciones que sugieren que los michis pueden hacernos la vida más feliz y saludable. 

Por Francisca Vives K / @franvivesk

Duermen literalmente donde les da la gana, salen a pasear a la hora que quieren, vomitan con una frecuencia alarmante y cuando reclaman tu atención, no hay quien los supere. Entonces, ¿por qué decidimos traer a estos animalitos a nuestros hogares y gastar sus buenos miles de pesos al año cuando francamente parecen desagradecidos la mayor parte del tiempo?

La respuesta es obvia probablemente para todos los amantes de los gatos, que no necesitan ninguna investigación científica para justificar su feroz amor. Pero los científicos lo han estudiado de todos modos y han descubierto que, aunque nuestros amigos felinos no sean buenos para nuestros muebles, podrían hacer alguna contribución a nuestra salud física y mental.

1. Bienestar

Según un estudio australiano, los dueños de gatos tienen mejor salud psicológica que las personas que no tienen mascotas. En los cuestionarios, afirman sentirse más felices, más seguros y menos nerviosos, y dormir, concentrarse y afrontar mejor los problemas de su vida.

Adoptar un gato también podría ser bueno para tus hijos: En una encuesta realizada a más de 2.200 jóvenes escoceses de entre 11 y 15 años, los niños que tenían un fuerte vínculo con sus gatitos tenían una mayor calidad de vida. Cuanto más apegados estaban, más se sentían en forma, enérgicos y atentos y menos tristes y solitarios; y más disfrutaban de su tiempo a solas, en el ocio y en el colegio.

Con sus payasadas que desafían la gravedad y sus posturas para dormir similares a las del yoga, los gatos también pueden sacarnos de nuestro mal humor. En un estudio, las personas con gatos dijeron experimentar menos emociones negativas y sentimientos de reclusión que las personas sin gatos. De hecho, los solteros con gatos estaban de mal humor con menos frecuencia que las personas con gato y pareja. (Al fin y al cabo, tu gato nunca llega tarde a cenar).

Incluso los gatos de Internet pueden hacernos sonreír. Las personas que ven videos de gatos en Internet dicen sentir después menos emociones negativas (menos ansiedad, molestia y tristeza) y más sentimientos positivos (más esperanza, felicidad y satisfacción). Hay que admitir que, como descubrieron los investigadores, este placer se convierte en un placer culpable si lo hacemos con el propósito de procrastinar. Pero ver a los gatos molestar a sus humanos o recibir regalos por Navidad parece ayudarnos a sentirnos menos agotados y a recuperar nuestra energía para el día siguiente.

2. Estrés

Aunque quien escribe, es una mujer que tiene 3 perros, puedo dar fe, por la gata de mi hermana, que un peludo felino tibiecito en tu regazo, dándote un buen masaje, es una de las mejores formas de aliviar el estrés. Un día llegué a su casa un poquito abrumada, había sido una tarde de aquellas; me senté en el sillón y no sé cómo, pero esta gata notó mi sentimiento. Se posó en mis piernas segundos después y cualquier atisbo de estrés de aquel momento se esfumó. Por suerte los perros no saben leer.  

Pasando a la ciencia, en un estudio, los investigadores visitaron a 120 parejas casadas en sus casas para observar cómo respondían al estrés, y si los gatos eran de ayuda. Conectados a monitores de frecuencia cardíaca y de presión arterial, los participantes se sometieron a una serie de tareas desalentadoras: restar tres veces de un número de cuatro dígitos y mantener la mano en agua helada (a menos de 4 grados) durante dos minutos. Las personas se sentaban en una habitación solas, con su mascota deambulando, con su cónyuge (que podía ofrecer apoyo moral), o con ambos.

Antes de comenzar las tareas estresantes, los propietarios de gatos tenían una frecuencia cardíaca y una presión arterial en reposo más bajas que las personas que no tenían mascotas. Y durante las tareas, los dueños de gatos también se comportaron mejor: Era más probable que se sintieran desafiados que amenazados, su ritmo cardíaco y su presión arterial eran más bajos, e incluso cometían menos errores matemáticos. De todas las situaciones, los dueños de gatos parecían más tranquilos y cometían menos errores cuando su gato estaba presente. En general, los dueños de gatos también se recuperaban más rápido fisiológicamente.

¿Por qué los gatos son tan tranquilos? Los gatos no nos juzgan por nuestras escasas habilidades matemáticas ni se angustian demasiado cuando estamos angustiados, lo que explica por qué fueron en realidad una influencia más tranquilizadora que otros significativos en algunos casos.

Como explican Karin Stammbach y Dennis Turner, de la Universidad de Zúrich, los gatos no son simplemente seres pequeños que dependen de nosotros. También recibimos consuelo de ellos: hay toda una escala científica que mide el apoyo emocional que recibes de tu gato, basándose en la probabilidad de que lo busques en diferentes situaciones de estrés.

Los gatos ofrecen una presencia constante, sin las preocupaciones del mundo, que puede hacer que todas nuestras pequeñas angustias y ansiedades parezcan superfluas. Y es que verdaderamente no puedes mirar a un gato dormido y sentirte tenso.

3. Relaciones

Los gatos son seres que cuidamos y que se preocupan por nosotros (o al menos eso creemos). Y las personas que invierten en este vínculo entre especies pueden ver beneficios también en sus relaciones entre humanos.

Por ejemplo, las investigaciones han revelado que los dueños de gatos son más sensibles socialmente, confían más en otras personas y les gustan más los demás que las personas que no tienen mascotas. Si te consideras una persona de gatos, tenderás a pensar que le gustas más a otros en comparación con alguien que no es ni de gatos ni de perros. Mientras tanto, incluso las personas que ven videos de gatos se sienten más apoyadas por otras personas que las que no son tan fans de los medios digitales felinos.

Aunque estas correlaciones pueden parecer desconcertantes, tienen sentido si se considera que los gatos son sólo un must de la red social.

“Los sentimientos positivos hacia los perros/gatos pueden generar sentimientos positivos hacia las personas, o viceversa”, escriben Rose Perrine y Hannah Osbourne, de la Universidad de Eastern Kentucky.

Cuando alguien -humano o animal- nos hace sentir bien y conectados, aumenta nuestra capacidad de amabilidad y generosidad hacia los demás. Como se desprende de ese estudio sobre adolescentes escoceses, los niños que se comunican bien con un mejor amigo están más apegados a sus gatos, probablemente porque pasan tiempo jugando como un trío.

“Las mascotas parecen actuar como ‘catalizadores sociales’, induciendo el contacto social entre las personas”, escriben el investigador británico Ferran Marsa-Sambola y sus colegas. “Una mascota puede ser abiertamente afectuosa, leal y honesta, características que pueden satisfacer la necesidad básica de una persona de sentirse valorada y querida”.

4. Salud

Por último, a pesar de lo que puedas haber oído sobre los parásitos cerebrales de los gatitos a los humanos, hay un puñado de pruebas de que los gatos podrían ser buenos para nuestra salud.

En un estudio, los investigadores siguieron a 4.435 personas durante 13 años. Las personas que habían tenido gatos en el pasado tenían menos probabilidades de morir de un ataque al corazón durante ese tiempo que las personas que nunca habían tenido gatos, incluso teniendo en cuenta otros factores de riesgo como la presión arterial, el colesterol, el tabaquismo y el índice de masa corporal. 

Los investigadores explican que esto es cierto incluso si no tienen gatos en la actualidad, lo que sugiere que los gatos son más una medicina preventiva que un tratamiento para una enfermedad en curso.

En otro estudio, James Serpell, de la Universidad de Pensilvania, hizo un seguimiento de dos docenas de personas que acababan de tener un gato. Completaron las encuestas uno o dos días después de traer el gato a casa y luego varias veces durante los siguientes 10 meses. Al cabo de un mes, las personas presentaban menos problemas de salud, como dolores de cabeza, de espalda y resfriados, aunque (de media) esos beneficios parecían desaparecer con el paso del tiempo. Como especula Serpell, es posible que las personas que establecen una buena relación con su gato sigan viendo beneficios, y las que no, pues no.

Como sea. Si tienes un adorable compañero felino en tu casa, y después de saber que además de tierno es tan beneficioso para tu bienestar, te toca mimarlo, porque como cada 8 de agosto, hoy celebramos o recordamos todo los michis que nos acompañan o nos han acompañado en nuestra vida.

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