Natalie Portman más guapa que nunca en la nueva campaña de Miss Dior

Cada campaña del perfume Miss Dior es una pequeña obra maestra y otra prueba de ello ha llegado: con la sensación de inundar una tierra de fantasía llena de las flores hermosas, Natalie Portman bellísima y luminosa, irradia el aura de la nueva fragancia.

Las flores protagonizan esta campaña, creando un escenario colorido y optimista desde el principio hasta el final del cortometraje destacando el deslumbrante vestido de la querida actriz, diseñado por Maria Grazia Chiuri, adornado con apliques de flores “Millefiori” hechos a mano. 

Una hermosa y cálida luz dorada baña el paisaje, acaricia su rostro y envuelve las imágenes del director Manu Cossu. Un vasto campo de hierba, como un lecho natural, queda en la caricia del viento dándole la bienvenida. Nunca antes la señorita Dior se había sentido tan libre, y tal nunca antes Natalie Portman se había visto tan hermosa. Llena de vida, corre, corre, ríe, grita: “¡Despierta con amor!”.

Con estilo y carácter, Miss Dior es una chica moderna con confianza y voluntad fuerte. Una heroína moderna de Dior que irradia una feminidad intensa, sin inhibiciones, como la imaginó Maria Grazia Chiuri desde sus primeras colecciones. Ella es quien lidera la danza y despierta los colores de una vida liberada. Ya sea con un vestido bordado “Millefiori”, o descalza en la arena, es un sueño lleno de lujo y color, en contacto con la naturaleza, sumergiéndose en un océano de flores, haciendo que los pájaros vuelen en un movimiento único y mágico.

Un vestido soñado

Inspirada por la vitalidad irresistible del primer perfume Dior, Maria Grazia Chiuri ha imaginado un nuevo vestido espectacularmente femenino y moderno a la vez. Bordado por una miríada de flores, ‘Millefiori’, nombre de la icónica pieza, parece invadido por un jardín maravilloso, animado por una brazada de flores salvajes multicolores que se abren sobre la delicadeza de una seda plisada. Un revuelo floral un poco loco, casi vivo bajo nuestra mirada, que trepa y parece invadir irresistiblemente el bustier y la corola.

Azul vivo, rosa fucsia, amarillo solar, las flores muestran colores intensos, de insolente vivacidad, dispuestos sobre el Gazar de seda plisado y arrugado a mano. El dibujo de estas flores campestres revisitadas es una mezcla de influencias clásicas y de una extrema contemporaneidad. El trazo incisivo expresa el encuentro libre entre una híper feminidad Dior y una modernidad afirmada, como si de un lienzo se tratara.

Esta delicadeza gráfica combinada con un toque rock’n’roll firma un trabajo de bordado de excepción, fruto de una técnica tan larga como experta. Cada flor del diseño es, previamente, pintada a mano y luego impresa para seguidamente ser bordada una a una artesanalmente, con una mezcla de hilos de algodón y de sedas multicolores. Con la finalidad de realzar el dibujo de cada flor, bordado y pintura se intercalan dando lugar a un diálogo sorprendentemente bello. Virtuoso, paciente, inspirado, el trabajo de las manos expertas de los talleres Costura Dior ha necesitado 500 horas para la eclosión de este vestido único.

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