La tarde de ayer, el Senado aprobó la idea de legislar sobre el matrimonio igualitario. Con 22 votos a favor, 16 en contra y 1 abstención, la iniciativa vio la luz después de cinco años que fuera ingresada al Congreso. Se trata, sin duda, de esos proyectos de ley que sin crisis social de por medio, probablemente Seguirían dormidos.
Por Francisca Vives K.
En septiembre del año pasado, un mes y unos días antes que estallara la crisis social, el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) tenía todo preparado para denunciar al Estado de Chile ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Esto, por “romper el compromiso de impulsar el matrimonio igualitario que adquirió internacionalmente con nuestra organización”.
La denuncia se habría debido a que el Ministerio de Justicia en ese entonces había eliminado el compromiso de “impulsar” el matrimonio igualitario del Plan Nacional de Derechos Humanos cambiándolo por solo “monitorear” el proyecto de ley que en aquel tiempo tramitaba la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia del Senado.
La historia comienza en 2016 cuando el Estado de Chile firma con el Movilh un Acuerdo de Solución Amistosa donde se compromete a impulsar el matrimonio igualitario. El Acuerdo es declarado en 2018 legal y vinculante por la Contraloría General de la República. Ese mismo año el Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet presenta al Congreso Nacional el proyecto de matrimonio igualitario, añadiendo el compromiso de impulsar la ley en el Plan Nacional de Derechos Humanos. De ahí la molestia y la razón del Movilh de querer denunciar al Ministerio de Justicia el que unilateral y sin el concurso de la sociedad civil lo edita y cambia. Eso, hasta el 18 de octubre, cuando es Chile el que cambia. De ahí en adelante, son muchos los proyectos de ley dormidos que han despertado de un sueño profundo como por arte de magia.
El del Matrimonio Igualitario es un de ellos y para muchos es un grandísimo logro. El mensaje de este miércoles reconoce que “la normativa actual que regula el Matrimonio Civil ignora que esa unión pueda darse entre diversas personas y condena a las personas homosexuales a un trato desigual, donde el Estado les señala que ese amor y ese compromiso no son iguales al de las parejas heterosexuales”.
Entre los cambios que se introducen está la modificación del lenguaje de la institución dándole un carácter igualitario, superando la distinción sexuada de los miembros de la unión matrimonial, reemplazando términos como “el marido y “la mujer” por “el cónyuge” y “la cónyuge”. También se modifica la referencia a “los padres”, utilizándose en su reemplazo la expresión “progenitores”.
Finalizada la sesión senadores y senadoras se dieron el tiempo para conversar sobre lo que para muchos fue catalogado como un paso histórico para nuestro país. El senador Felipe Harboe (PPD), dedicó un mensaje de agradecimiento “a todas las organizaciones que han participado activamente, a todos los senadores y senadoras que han contribuido con su voto favorable. Creo que tal como lo dije en la Sala, en Chile el mundo político tiene que pedir disculpas, porque hay muchos hombres y mujeres que han tenido que viajar fuera del país para poder contraer matrimonio porque aquí se discrimina. Estamos empezando el término de una discriminación”.
El senador Felipe Kast (Evópoli) – único senador del oficialismo en votar favorablemente la iniciativa- , recalcó que “hoy se ha dado un paso histórico en el Senado para dejar atrás años de discriminación a quienes quieren amar, a quienes quieren ser fieles, dar compromiso, que quieren no ser discriminados simplemente porque quieren formar una familia. Solamente pedirle disculpas por lo tarde que llegamos a este paso. La verdad es que cuando miremos en 20 años más hacia atrás, y digamos que en 2020 dejamos de discriminar a una persona por su orientación sexual, nos vamos a pegar en la cabeza justamente por no haber entendido la importancia del respeto”.
Desde la vereda del frente el senador Alfonso de Urresti (PS) sostuvo que “son 22 votos a favor, lo que aprueba en todos sus artículos el matrimonio igualitario. Recordemos que aquí habían algunas normas de quórum que impactaban principalmente en aspectos de seguridad social, por lo tanto hay una mayoría sustancial que permite despachar este proyecto en este trámite en general y volverá a la comisión. Abriremos un periodo de indicaciones que es dentro de lo que corresponde y así poder abocarnos en las próximas semanas para poder despacharlo y cumplir un compromiso”.
LA OPINIÓN DE LAS MUJERES
Para la senadora Isabel Allende (PS) “nuestro deber como Estado es hacer una legislación acorde… El matrimonio es un derecho humano, un derecho esencial y no hay ninguna justificación para que existan discriminaciones. Hay que garantizar el acceso igualitario al matrimonio”. Una opinión similar dio la senadora Ximena Rincón (DC) quien dijo que “cuando hay amor, cariño, madurez y responsabilidad no puede haber nadie que coarte la posibilidad de formalizar un lazo afectivo. En una sociedad democrática es inaceptable que exista instituciones a las que no pueden acceder ciertas personas”. En, tanto, la senadora Carolina Goic (DC) valoró el debate y sostuvo: “Me alegro que estemos en disposición de ir cambiando condiciones culturales. Esto tiene que ver con cómo nuestra legislación le abre paso a lo que se va dando en la sociedad. Es romper ataduras”.
EL DEBATE
Dentro de los 16 senadores que votaron en contra, el senador Iván Moreira (UDI) planteó que “el matrimonio siempre debe ser entre un hombre y una mujer. Ampliar su uso es desnaturalizarlo para aplicarlo a casos que no corresponde. El matrimonio por esencia de historia, fue, es y debe ser exclusivamente un pacto entre un hombre y una mujer”. Una opinión similar manifestó la senadora Luz Ebensperger (UDI) : “El amor, la familia y el afecto no tiene sexo y eso es verdad. Nadie discute que pueden haber distintos tipos de familia, pero el matrimonio tiene que ser entre un hombre y una mujer”. Finalmente el senador Juan Antonio Coloma (UDI) señaló que “el matrimonio es la palabra que por milenios se ha dedicado a la unión entre una mujer. Con respeto a todos yo defiendo el sentido institucional del matrimonio. Hay instituciones que tienen su naturaleza, su momento y su sentido. Voto en contra porque atenta contra un elemento central de la familia”.
