
Es crucial para tener una vida con bienestar, poder ser capaces de gestionar nuestras emociones. Siempre digo que para poder hacer gestión (resolver) debemos conocernos a nosotros mismos, saber de qué estamos hechos, conocer cuáles son nuestros límites y cuáles son las barreras que nos animaremos a sortear.
Reconocer nuestras emociones y poder gestionarlas, nos abre las puertas del mejor de los universos, nuestro “autoconocimiento”.
Reconocer y gestionar nuestras emociones, es vital para vivir una vida plena y en bienestar, a cualquier edad y cumpliendo cualquier tipo de rol.
La película Intensamente ha sido una gran ventana, para que nuestros niños y nosotros mismos, seamos capaces de ponerle nombre y advertir en primera persona, los cambios fisiológicos, motores y mentales, que nos ocurren cuando experimentamos una emoción.
¿Se imaginan la gran cantidad de bienestar, de oportunidades, de comunicación efectiva y de vínculos afectivos, de los que podríamos haber gozado con mayor calidad si en nuestra educación, nos hubieran enseñado a expresar nuestras emociones, a reconocerlas, a ponerles nombre y a “saber que hacer” con ellas?
La buena noticia es que aun podemos aprender. Sí, incluso de adultos.
Estos son los beneficios de poder gestionar correctamente nuestras emociones:
1. Autoconocimiento: Facilitando la posibilidad de escucharnos (mental y físicamente) y ser compasivos con nuestros cambios de ánimo y entregando al exterior señales correctas.
2. Bienestar integral: Como medida de prevención frente a diversos estímulos que nos pueden afectar a nivel mental y físico. Es una gran alarma que nos avisa como poder “resolver”, como y cuando pedir ayuda; y manteniendo mayor nivel de satisfacción con la vida.
3. Vínculos de calidad: Nos permite expresarnos de manera empática, compasiva y efectiva, generando con esto relaciones saludables y perdurables.
4. Tomar buenas decisiones: Al reconocer nuestro estado emocional, podremos tomar decisiones, respondiendo y no reaccionando. Decisiones más objetivas y de beneficio mutuo.
5. Más capacidad resolutiva: Nos entrega la opción de ser más creativos, resolutivos y desenvueltos en nuestros quehaceres. En la medida que somos capaces de gestionar nuestras emociones, podemos focalizarnos en lo realmente importante y que nos hace sentido, siendo más productivos.
Es muy importante, más bien es elemental, comprender que TODAS, absolutamente todas las emociones, nos enseñan algo; y no hay emociones buenas ni malas. Es por eso por lo que con más ahínco señalo la importancia de reconocerlas, experimentarlas y gestionarlas.