Lizzo, EXPRESIÓN GENUINA

Cuando el éxito no se consigue de forma inmediata adquiere un sabor especial, que se deleita por completo después de haber trabajado en serio. Aunque, después de todo, ¿qué es el éxito? Para esta cantante y rapera, el significado parece estar más cerca de conseguir reconocimiento por quien es en realidad, que por aspirar a ser alguien que no corresponde con su propia naturaleza. Con la aceptación de sí misma por delante, ha conseguido la energía que concentra en su magnífico tercer álbum: Cuz I Love You.

Por Benjamín Acosta Fotos cortesía Warner Music

No querer ser como otra persona, dejándote llevar por estereotipos de falso magnetismo. Mucho menos pretender ser alguien que no eres en verdad con la intención de encajar. Esas ideas flotan como mantra cuando conocemos a Lizzo, como si su personalidad estuviera colocada frente al espejo para proyectar lo mejor de sí misma. Una especie de reflejo que logra consolidar lo que más vale la pena cuando se practica este juego autorreferencial.

Pero no hay que confundir lo anterior con la posibilidad de poseer un ego enorme o bien una actitud narcisista que seguramente aturdiría a quienes se encuentren alrededor.

Mucho antes de adquirir notoriedad, Melissa Viviane Jefferson (Detroit, 1988), grabó un par de discos aclamados por la crítica pero carentes del gusto popular. Y cuando el arte no le permite a su creadora vivir de ello, las cosas pueden tornarse en decepción.

Después de aprender a tocar flauta, truncar sus estudios universitarios en música clásica por cuestiones financieras y aprender de la música soul mientras vivió en Minesota, Melissa estuvo a punto de tirar la toalla porque sintió que sus canciones no tenían mucho futuro. Por fortuna, lo intentó una vez más, colocó todo en Cuz I Love You y fue entonces que los esfuerzos se alinearon. Canciones como “Boys”, “Juice” y “Tempo” (con Missy Elliott) se viralizaban al punto de hacerse acreedora de tres Grammy, entre otros premios y nominaciones. No solo colocó su fe en sí misma y en su obra, sino que además lo hizo motivada por el empoderamiento que surge al sentirse bien consigo misma en todos los aspectos. ¿Brillante? No hay duda.

¿Qué es lo que más valoras del camino recorrido hasta llegar a este punto?

– Pienso que no vale la pena sentirse defraudada cuando crees que las cosas no van bien, cuando dudas de lo que haces y de la forma como lo estás haciendo. Valoro que la he pasado bien de cualquier manera. Aún en los momentos de cierta desesperación o tristeza, algo dentro de mí agradecía el hecho de encontrarme con ciertas personas que algo me enseñaron. Valoro el hecho de no desviar la dirección, de intentarlo a mi manera con lo que tengo, no tener que inventarme otra personalidad para seguir en la música.

¿Alguna vacuna para la frustración que puede producir la espera?

– Paciencia, básicamente. Esperar a que llegue el momento indicado, pero no me refiero a una espera pasiva, sino activa. Incluso cuando estás en la sala de espera antes de abordar un avión, por ejemplo, aprovechas el tiempo leyendo, concentrando tu atención en lo que escuchas con tus audífonos o simplemente observando a tu alrededor. Como sea es tiempo que inviertes en algo más para aprovecharlo. Si necesitas descansar o tomar un refrigerio, el punto es que el tiempo es para invertir en lo que te resulte necesario.

¿Lo que vives ahora representa la ilusión que habías sentido?

– No puedo hablar de mi carrera como una lucha, porque no me gusta hablar de la vida como si fuera una pelea constante, ¿contra qué o contra quién? Quise dedicarme a la música desde muy pequeña, mi fantasía no tenía detalles de premios y todo eso, simplemente vivir de esto y compartirlo con la mayor cantidad de gente posible. Podría decir que sí se trata de un sueño hecho realidad, eso es cierto.

Has hablado en otras ocasiones de lo saludable que representa vivir de forma despreocupada, sin expectativas…

– Me refiero a que tomar las cosas tan en serio, de manera inflexible, no te permite ver la fotografía completa, ver otras posibilidades y aprender de aquello que no resultó como esperabas. No tener expectativas no significa que no tengas sueños y aspiraciones, hay que tenerlos, pero sin perder la emoción del descubrimiento que permite la incertidumbre. Para mí significa simplemente seguir adelante dando lo mejor de ti, haciendo las cosas de la mejor forma que tus propias herramientas lo permitan. Eso es lo que fructificará de tal forma que valores el resultado, sin una presión que no necesitas en realidad.

Si este álbum no hubiera dado resultado, ¿pensarías igual?

– Al final lo que tengo es un profundo sentimiento de agradecimiento por todo lo que ha sucedido, creo que eso es lo que más importa. Es cierto que en algún momento pensaba en hacer una pausa o dar un cambio de dirección, no continuar más y dejar las cosas así. Lo que me hizo cambiar de opinión fue ese agradecimiento que me provoca lo que he vivido, antes y después de este álbum. Ese sentimiento lo he experimentado desde hace mucho tiempo y cada vez es más fuerte.

Para ti, ¿qué es el empoderamiento?

– La seguridad y confianza en uno mismo, en equilibrio con el hecho de compartirlo con los demás en un sentido constructivo. El empoderamiento personal deriva en un empoderamiento social y eso es importante para una mejor convivencia.

Y el éxito es…

– Estar bien contigo misma, sentir satisfacción cada día por lo que hiciste, sentir el amanecer del nuevo día que trae consigo más oportunidades para hacer lo mejor que puedas imprimiendo tu sello personal.

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