Champú sólido: belleza sostenible 

Las barras de champú viven un boom sin precedentes. No generan residuos plásticos, son biodegradables, duran el doble que los líquidos y constituyen la opción ideal para viajar con menos peso. Descubre algunas de las mejores fórmulas.  

Por Francisca Vives K. / @franvivesk

Hace un par de décadas, las barras de jabón y también las de champú eran imprescindibles en los hogares de gran parte del mundo. Se trataba no sólo de productos asequibles sino también duraderos. Sin embargo las cosas cambiaron con los años y cuando las grandes y confiables marcas comenzaron a crecer en campañas publicitarias que promovían jabones y champús líquidos, muchos se subieron al tren y no miraron hacia atrás. Hasta ahora, cuando cada vez más consumidores están apostando por este formato, un gesto que lejos de ser algo insustancial resulta tan beneficioso para el planeta como para la propia melena. En primer lugar, un champú sólido, que conjuga tradición e innovación por partes iguales, se caracteriza por estar compuesto por alrededor de un 95% de ingredientes naturales. Sus fórmulas generalmente no contienen siliconas, sulfatos, detergentes ni otros agentes nocivos que tienden a asfixiar el cuero cabelludo y el cabello, y a dejar restos que a la larga cuesta mucho eliminar. 

Pero aunque hoy es toda una tendencia, lo cierto es que las barras de champú sólido tienen más de tres décadas, exactamente 34 años. Por que fue en 1987 cuando Lush lanzó al mercado su primer champú sólido fruto de un error de formulación. Mo Constantine (cofundadora de la marca) y Stan Krysztal (químico cosmético), estaban trabajando en un nuevo jabón en su laboratorio en Poole, al sur de Inglaterra al que Stan había apodado el “jabón de lombrices” porque estaban haciendo pruebas con fideos de detergente sintético que parecían gusanos. La idea era prensarlo manualmente para poder darle la forma que quisieran. Mo sugirió cambiar los fideos sintéticos por algunas agujas de surfactante. Con ese cambio crearon pastillas redondas que quedaban perfectamente prensadas pero, para su “desgracia”, descubrieron durante las pruebas que no tenían la consistencia correcta de espuma necesaria para un jabón. La decepción y el desconcierto dieron paso a la alegría cuando llegó Mark Constantine (tricólogo) al laboratorio. Éste echó un vistazo al producto y les anunció que lo que habían creado no era un jabón. Se habían equivocado y, sin saberlo, habían inventado un nuevo y revolucionario producto: ¡Una barra de champú sólida! Cosmetics to Go, la anterior empresa de los fundadores de Lush, solicitó y ganó una patente para proteger la invención de los champús sólidos, y ese es uno de los motivos por los que ninguna otra marca ha podido comercializarlos durante mucho tiempo. 

Error o no, el invento de Lush fue toda una revolución que 30 años después fue elogiada por la National Geographic que en un artículo de 2018 sobre cómo reducir el impacto del plástico en el medioambiente, describió los champús sólidos como “la última tendencia en productos de cuidado del cabello”. Al leerlo, Mark Constantine comentó: “hemos tardado 30 años en convertirnos en una tendencia sustentable”. 

Y es que si hay algo que debemos de agradecerle a Lush y luego a todas las marcas que se han sumado a la creación de este producto, es justamente su positivo impacto para el medio ambiente. 

Por ejemplo, las barras de champú de Davines contienen ingredientes activos de los Baluartes Slow Food (un esfuerzo por mantener la producción de calidad de los ingredientes utilizados que son seguros para el ecosistema) que se obtienen de la técnica de biomaceración natural del aceite de girasol, que es una alternativa sostenible a los solventes químicos. Asimismo, las barras de champú de L’Occitane están elaboradas con un 98% de ingredientes biodegradables elaborados a partir de cinco aceites esenciales (cedro, pomelo, lavanda, pomelo, menta y tomillo) que fueron destilados por el fundaron de la marca Olivier Baussan en 1976. La combinación de estos aceites no sólo te dará la espuma que deseas, sino que también eliminará la suciedad y el exceso de grasa sin dañar tu cabello. Dato curioso: ¡Todas las barras de champú de L’Occitane no contienen siliconas ni sulfatos! 

Hacia nuevos gestos

Si aún no puedes comprender el auge de esta tendencia, entonces es hora de preguntarte: ¿qué hiciste con esa última botella vacía de champú? Si tu respuesta es “lo boté a la basura”, aquí está la cruda verdad sobre el daño que le hacemos a nuestro planeta. En un artículo de Katy Brennan que se publicó en NathionalGeographic.com en 2019, se informó que solo el 14% de los envases de plástico globales se recolectan para reciclaje, de los cuales solo el 2% se reutiliza. En el mismo artículo se explicó además que alrededor de nueve millones de toneladas de este plástico terminan en el océano cada año, y para 2050, ¡habrá más plástico por peso que peces en nuestros océanos! Si esto no te conmueve o te asusta, no sabemos que podría hacerlo. 

Como dice el refrán, los pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia, y para demostrar ese punto, vemos a marcas como Lush vendiendo sus barras de champú como “productos desnudos” (sin ningún tipo de empaque) y L’Occitane envolviendo sus champús sólidos en papel 100% reciclado. En cuanto Davines se conoce que sus barras de champú se empaquetan en papel del Forest Stewardship Council (FSC) que se cosecha de manera responsable. Las barras de champú además utilizan menos espacio, por lo que también se reduce el impacto logístico del traslado. Al mismo tiempo, las pastillas de champú sólido de Davines tienen una tasa de biodegrabilidad del 97,4% y las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por su fabricación, envasado y transporte, se han compensado a través del Proyecto de Reforestación Ethio Trees que la marca apoya. 

La experiencia de lavado

No hace falta decir que muchos de nosotros queremos sentirnos 100% frescos y limpios después de cada lavado de cabello. Un ingrediente común que se encuentra en la mayoría de los champús líquidos y que nos hace sentir de esa manera es su contenido de sulfato, como el lauril sulfato de sodio. Si bien el ingrediente elimina muy bien la grasa y la suciedad, lo que sucede es que a veces, puede despojar al pelo de sus propios aceites naturales, lo que luego puede provocar otros problemas, como alergias o el cuero cabelludo seco. Las barras de champú, como dijimos están fabricadas principalmente de ingredientes naturales que harán el mismo trabajo, pero sin eliminar esos esenciales aceites naturales que tu cabello tiene. En cuanto a la experiencia de lavado, resulta diferente, aunque no por ello menos placentero, ya que aunque suelen hacer menos espuma que un champú líquido, tras su uso continuo el pelo va adquiriendo fuerza, brillo y vitalidad, además de lucir más limpio. 

Para todas las necesidades

Como en muchas otras cosas, dar el primer paso nunca es fácil, pero se vuelve mucho más simple después de un tiempo. El truco para sacar el máximo partido a tu barra de champú es utilizar el método correcto. Esto es, siempre debes empezar limpiando tu cuero cabelludo. Enjabona la barra y trabaja desde la raíz, masajeando tu cuero cabelludo, hasta la mitad y luego las puntas. Un buen consejo de los expertos es dividir el cabello en diferentes secciones para asegurarte de que el interior (generalmente, la parte posterior de la cabeza que tiene mayor cantidad de pelo) quede bien enjabonado. Definitivamente se necesita un poco más de tiempo para crear la misma cantidad de espuma que hace el champú líquido, pero si este pequeño esfuerzo ayuda a salvar la tierra… ¿bien vale el gesto no?

Ahora bien, si pensabas que todas las barras de champú son iguales, te tenemos una gran noticia. Es cierto que un lema en común que suelen llevar muchos de estos productos es “adecuado para todo tipo de cabello”, pero eso no significa que no haya opciones disponibles. El significado real de esta frase es que no contiene ningún ingrediente específico que pueda, potencialmente, crear problemas si tienes el pelo débil, decolorado o con permanente que hace que se enrede. En el caso de Davines, por ejemplo, la marca tiene cuatro tipos de barras de champú: Dede para uso diario y es el más genérico de todos, Love para cabello grueso o crespo, Momo para hidratación y Volu para volumen. 

Las cuatro variedades que ofrece Davines

Otra marca que tiene mucha variedad es Lush. Cuenta con 10 champús sólidos diferentes para cubrir todas las necesidades posibles, y cada temporada lanzan nuevas ediciones limitadas. El más vendido de todos es Soak and Float, un champú anti-caspa con aceite de enebro rojo, que se utiliza para tratar la psoriasis y el eczema en el cuero cabelludo;  pétalos de rosa y caléndula, que  calman y reducen el enrojecimiento y aceite de lavanda con propiedades antibacterianas y equilibrantes. Se creó en 1995. Si buscas un pelo más fuerte, brillante y suave, el Jason and argan oil es todo lo que necesitas, combina el aceite de argán con glicerina para darle al cabello una suavidad palpable y un brillo lustroso. También contiene absoluto y aceite de rosa para restaurar y equilibrar el cuero cabelludo. Y si lo que quieres es volumen prueba Seanik. Este champú sólido con sal marina y limón te ayuda a conseguirlo. Está repleto de gel de musgo de Irlanda, extraído de algas rojas, alga nori japonesa rica en proteínas y sal marina fina para darle fuerza al cabello. El limón aporta brillo y los aceites esenciales de mimosa, jazmín y azahar le dan un tropical y cautivador aroma a verano.

Soak and Float, Jason and argan oil y Seanik de Lush

Por otro lado, L’Occitane cuenta con tres variedades: el Reparador para cabellos dañados y quebradizos; el Purificante que reduce el exceso de sebo, y el Equilibrante, que deja el cabello suave, flexible y brillante. 

En cuanto a cómo guárdalos se aconseja ponerlo en una jabonera o superficie seca para permitir que se seque por completo. Si lo quieres trasladar, guárdalo en una lata de metal o una caja de corcho.

Reparador, Purificante y Equilibrante, las tres variedades de champú sólo de L’Occitane

La durabilidad

Bueno, te sorprenderá gratamente descubrir cuánto tiempo pueden durar las barras de champú una vez que comiences a utilizarlas. A diferencia de los champús líquidos, en los que tendemos a exagerar un poco cada vez que exprimimos una botella, los champús sólidos te dan la ventaja de contener el desperdicio. Por ejemplo, las barras de champú de Lush pueden durar hasta 80 lavados de cabello, mientras que L’Occitane es casi equivalente a dos botellas de champú regular. En el caso de Davines cada barra de 100 gr equivale a 300 ml de champú líquido y puede durar entre 30 y 40 lavados. En cualquiera de estos casos, a final de mes te darás cuenta de cuánto estás ahorrando, además de lo más importante, que es que estarás cuidando al planeta de aquellos plásticos que ya sabes donde van a parar. 

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