Si bien las vacaciones le permiten a nuestros niños y adolescentes descansar de las rutinas escolares y dinámicas propias de la sala de clases, la desconexión no es total. El uso de redes sociales no tiene vacaciones, de hecho, el tiempo libre puede hacer que aumenten las horas de exposición a pantallas. Los adultos en vacaciones no estamos ajenos a éste fenómeno.
En este sentido, la dinámica social en las redes se mantiene durante el verano e incluso pudiera aumentar. Por eso, es muy importante que como padres estemos atentos, supervisemos y formemos en el uso de este tipo de actividades.
La opinión de los expertos puede ser más o menos extrema respecto al uso de la tecnología, pero sí hay acuerdo en que los vínculos online no suplen la interacción y la experiencia presencial con los demás. Algunos proponen el aprender como padres a formar ciudadanos digitales, es decir, enseñar riesgos, beneficios, moderación, limitar el tiempo de exposición y supervisar qué se consume digitalmente y cómo se está participando en la vida online.
Este último punto es muy importante, porque cuando hablamos de participación, debemos saber que no sólo debemos intervenir cuando mi hijo/a es víctima o victimario de un acoso cibernético, sino que también cuando es espectador. Como decía el autor de “Invisible”, libro que me recomendaron este verano y que vuelvo a recomendar sobre este tema, debemos erradicar la filosofía individualista de “mientras no me toque a mí, no es problema mío”.
El acoso cibernético se ha convertido en un peligro más recurrente de lo que creemos y además, en una dinámica que cuando ocurre, no tiene vacaciones. Es un tema al cual como adultos debemos estar atentos, sobre todo ofreciendo espacios de disponibilidad emocional y de tomar la iniciativa en encontrar maneras de conectarnos con nuestros niños/as y especialmente los jóvenes.
Como decía la Psiquiatra Pilar del Río, entrevistada por ConSienteMente (te invitamos a mirar el Live completo), debemos incentivar el contacto visual y el contacto físico con ellos, realizar actividades donde se comparta tiempo y exista comunicación verbal y aprender a interpretar la comunicación no verbal. Este tipo de conexión puede transformarse en un gran recurso relacional que promoverá la interacción con nuestros hijos/as y que es sin duda uno de los factores protectores más importantes que podemos ofrecer.
Te dejamos algunas sugerencias de cómo abordar el tema:
- Conversa, pregunta la opinión y genera un debate con tus hijos respecto al uso de redes sociales y exposición a pantalla (¿qué saben de este tema? ¿qué beneficios/riesgos le ven? ¿qué les preocupa? ¿qué experiencia o aprendizaje pueden compartir?) Comparte tus experiencias como adulto también.
- Llega a acuerdos respecto al uso y consumo de contenidos y actividades digitales. Acuerdos para todos, es mucho más efectivo predicar con el ejemplo.
- Busca contacto visual y conversaciones e interacciones con ellos/as (horas de comida, juegos de mesa, etc).
- Invierte tiempo en actividades que impliquen interacción física y la experiencia de compartir (paseos, caminatas, deporte, cocinar en familia, etc.).
- Muestra interés por aquellas actividades o temas que proponen, intenta participar y conocer sus gustos. Interés genuino y tiempo de escucha.
- Promueve la reflexión y empatía respecto a situaciones que le ocurren a los demás en redes sociales y qué rol les gustaría tomar.
- Define un horario también para ti para conectarte con lo que te gusta leer y mirar en rrss.
!Que nuestros celulares no se transformen en un escudo o muralla relacional con aquellos que queremos y nos importan!
Ps. Camila Martín – Equipo ConSienteMente
Ps. Isabel Huerta B – Fundadora ConSienteMente
@isahuertapsicologa