Tras deslumbrar con minimalismo en la alfombra del Met, Kendall Jenner resurgió en la noche neoyorquina envuelta en el dramatismo sensual de un archivo Mugler que reescribió las reglas del after-party.
Si el look elegido para la Met Gala 2025 por Kendall Jenner fue una oda a la sobriedad contemporánea, su aparición posterior fue todo lo contrario: una fantasía de poder y estilo firmada por uno de los grandes nombres de la moda. Para la noche más esperada del circuito fashionista, la modelo eligió una pieza de archivo de la icónica colección La Vie en Rosede Mugler —otoño-invierno 1999/2000— y encendió los flashes con una elegancia afilada, de otro tiempo, pero inesperadamente actual.
El conjunto, en lana negra con detalles en satén rosado, abrazaba el cuerpo con precisión arquitectónica: una chaqueta con escote estructurado y falda en A, que caminaba entre el dramatismo teatral y la feminidad más depurada. Sobre su melena suelta, un sombrero de ala ancha añadía una dosis perfecta de misterio y nostalgia parisina. Cada elemento parecía susurrar un homenaje al genio de Manfred Thierry Mugler, sin perder ni un ápice de frescura ni de intención.
Con stilettos negros y actitud felina, Kendall dominó la escena como solo lo hacen las musas de verdad. Fue moda, fue performance, fue historia reinterpretada. Y por supuesto, fue inolvidable.
