Louis Vuitton Colección Primavera-Verano 2025: Renacimiento y poder

Con una visión renovada, Nicolas Ghesquière celebra diez años al frente de Louis Vuitton llevando a cabo un viaje estilístico que conecta el pasado con el presente. En un escenario majestuoso dentro del Louvre, la colección Primavera-Verano 2025 explora el poder sutil de la moda cortesana, fusionando historia y modernidad.

Por Francisca Vives K.

En su décimo aniversario como director creativo de Louis Vuitton, Nicolas Ghesquière presentó una colección que rinde homenaje al viaje, un concepto que siempre ha sido la razón de ser de la maison. Para la Primavera-Verano 2025, Ghesquière transformó el emblemático patio del Louvre en un escenario elevado hecho de los icónicos baúles de la casa, embarcando a los asistentes en un viaje que conectaba la realeza renacentista con la moda contemporánea.

El concepto del renacimiento no fue solo una inspiración filosófica, sino una realidad tangible en las prendas que desfilaron. Ghesquière reinterpretó siluetas del siglo XV y XVI, llevando al presente las formas, proporciones y símbolos de poder de la moda cortesana. El look inicial lo dejó claro: una chaqueta a rayas verticales, mangas abullonadas y una cintura péplum, evocando la majestuosidad de grandes figuras históricas de la realeza. Este juego con las proporciones, donde los hombros amplios y las chaquetas voluminosas proyectaban autoridad, fue una de las claves de la colección, transportándonos a una época en que la moda era un instrumento de poder.

Pero en el universo de Louis Vuitton, el pasado y el presente no son mundos separados. Ghesquière, fiel a su estilo, creó un diálogo entre lo histórico y lo contemporáneo. Las influencias renacentistas se mezclaron con piezas modernas como los “biker shorts” y los accesorios futuristas, incluidos los emblemáticos bolsos de la maison, demostrando una vez más que el diseñador es un maestro en tejer referencias del pasado con la vanguardia de la moda actual.

La colección también estuvo enriquecida por la colaboración con el artista Laurent Grasso, cuyas obras pictóricas adornaron varias piezas seleccionadas, añadiendo un toque de arte visual a la narrativa sartorial. Grasso aportó profundidad a la propuesta con sus cuadros de la serie “Estudios sobre el pasado”, destacando la temática de lo histórico y lo trascendental.

Con cada desfile, Ghesquière sigue explorando nuevos territorios creativos. “La experimentación es parte de mi proceso”, declaró. “Busco que la gente conecte con la emoción de la moda, ya sea a través de los colores, las formas o la construcción”. Y es precisamente esa capacidad de innovar lo que define su visión para Louis Vuitton: una fusión de lo clásico y lo moderno que invita a todos a sumarse al viaje, tanto literal como estilístico.

Con esta colección, Louis Vuitton no solo reafirma su estatus como una de las casas más influyentes del mundo, sino que también nos recuerda que la moda tiene el poder de transportar a sus portadores a través del tiempo, envolviendo el presente en un aura de historia, poder y sofisticación.

clear
TOP