LA FASCINACIÓN POR MARILYN MONROE SIGUE MÁS VIVA QUE NUNCA

QUIZÁS MUCHOS LA RECUERDAN POR SU BELLEZA O LAS INCÓGNITAS DETRÁS DE SU PARTIDA. EN EL DÍA DE SU CUMPLEAÑOS, QUEREMOS RECORDARLA COMO LA GRAN MUJER QUE FUE. ESA QUE DECÍA QUE “SI DEJAS SALIR TUS MIEDOS, TENDRÁS MÁS ESPACIO PARA VIVIR TUS SUEÑOS”. AQUÍ 6 RAZONES PARA SEGUIR ADORANDO por siempre A MARILYN MONROE.

Por Francisca Vives K / @franvivesk

La rubia más sexy y deseada del mundo. La gran actriz de Hollywood. La mujer de sonrisa perfecta, de silueta exuberante, de actitud embriagadora y de belleza sin sinigual. Pero Marilyn, tenía detrás de las luces a Norma Jean, una mujer real, una guerrera que supo dejar atrás una infancia difícil y convertirse en una mujer de éxito. El mismo que quizás no pudo soportar y la llevaron a transformarse en una leyenda viviente de la que es imposible dejar de hablar. 

1. NI UN PELO DE TONTA

Cuando Marilyn Monroe tuvo la oportunidad de conocer a Albert Einstein, le hizo la siguiente pregunta: “¿Qué dice, profesor, deberíamos casarnos y tener un hijo juntos? ¿Se imagina un bebe con mi belleza y su inteligencia?”. Einstein sonrío y le contestó, muy seriamente: “Desafortunadamente, me temo que el experimento salga a la inversa y terminemos con un hijo con mi belleza y con su inteligencia”.

La anécdota, ocurrió en 1949 y resulta simpática, no tanto por la ocurrencia de Einstein, sino por su propio error. Marilyn Monroe tenía un cociente intelectual de 165, cinco puntos por encima al de Einstein, pero nadie entonces lo sabía. 

Durante más de diez años, Marilyn encarnó el personaje de la rubia ingenua a la que todos los hombres deseaban, la imagen que diseñó para ella Billy Wilder en La tentación vive arriba. Pero detrás de la imagen de la Marilyn sensual cantándole el “cumpleaños feliz” al presidente Kennedy, encontramos una mujer inteligente y sensible que luchó contra viento y marea para llegar al éxito profesional. Pasó de empaquetar paracaídas a convertirse primero en modelo y después en una cotizada actriz.

Cuentan por ejemplo que con los Kennedy discutía y conversaba fascinada por la política. Y tenía posiciones fuertes sobre autores como Hemingway, de quien le disgustaba la forma en la que construía personajes rudos y agresivos para que fueran masculinos. Sus palabras: “Siempre, siempre, siempre cree en ti misma. Porque si no lo haces tú, ¿quién lo hará, cariño?”, demuestran que, por encima de todo, era una mujer que tenía mucha opinión.

2. INCANSABLEMENTE LUCHADORA

Se veía a sí misma como una mujer de carrera y actriz con talento y aunque era probable que se viera atrapada en aquel papel de mujer sexy que realmente no quería, debía hacerlo por varias razones. Su sueldo, por ejemplo, era inferior al de otros actores hombres y no le daban libertad para elegir sus proyectos. Fue así que un buen día se enfrentó a la 20th Century Fox negándose a rodar The girl in pink tights junto a Frank Sinatra y creó su propio estudio, Marilyn Monroe Productions, lo que era inusual para una mujer de la década del 50. Confrontar a los magnates de Hollywood, hombres poderosos y dominantes no era bien visto, menos por una mujer. Pero Marilyn no se achicaba con nadie. Poco antes de morir firmó un contrato nuevo y muy favorable con 20th Century Fox.

3. GRAN ACTRIZ

Su carrera fue corta pero intensa. Murió a los 36 años ( el 5 de agosto de 1962), habiendo hecho 29 películas, muchas de ellas icónicas en la historia del cine. Fue nominada a los Globos de Oro a la mejor actriz por su papel en Bus Stop; ganó el Globo de Oro a la mejor actriz de comedia por su papel en Con faldas y a lo loco, que obtuvo 5 nominaciones a los Óscars; fue nominada a un BAFTA como mejor actriz extranjera en La tentación vive arriba, y también por El príncipe y la corista, entre otros muchos premios.

4. APASIONADA POR LA LITERATURA

Leer era una de sus grandes pasiones. Su profesora de actuación, Natasha Lytess, decía que “si ibas a su casa de imprevisto, siempre la encontrabas leyendo”. Tenía una enorme biblioteca con más de 400 obras literarias. Sobre sus gustos literarios, en 2010 apareció el libro Fragmentos que incluye pequeños escritos donde se descubre el amor de Marilyn Monroe por autores como James Joyce, Samuel Beckett, Walt Whitman y su esposo Arthur Miller, así como extractos de sus diarios íntimos, que revelan una desarrollada pasión por la literatura y los libros.

El día en el que Eve Arnold le hizo las famosas fotografías leyendo el Ulises, Marilyn le confesó que era una obra “dura de roer”, y que le gustaba leerla, pero siempre lo hacía en voz alta para que tuviera sentido. 

5. LA MARILYN FEMINISTA

Al contrario de la creencia popular, hubo una Marilyn luchadora, valiente, avanzada, empeñada en que se la tuviera en cuenta por su inteligencia y no por su belleza. Una Marilyn feminista, que encarnaba el ideal de la mujer libre que se rebela. Y para entenderlo hay que contextualizar el momento. Eran los años 50, época de posguerra, y en la que muchas mujeres que habían trabajado activamente en las fábricas, como Marilyn, tuvieron que regresar a sus casas. En contradicción con este contexto, se empieza a gestar la liberación sexual de la mujer, los concursos de belleza, el fenómeno pin-up, que de alguna forma intentaba romper una época de puritanismo. Marilyn, como una mujer más de la época, aprovechó el fenómeno como una forma de darse visibilidad en el mundo del cine y de reivindicar los derechos de las mujeres a mostrar el cuerpo con cierta autonomía. Este ideal sexual moderno formaba parte del movimiento feminista de aquella época. Pero ella, sin duda representaba otra cosa, porque es sabido que Marilyn quería saber más, se la pasaba leyendo, estudiando, y lo que muchos de sus biógrafos han dicho es que tal vez que se vio atrapada por un papel de mujer sexy que realmente no quería. Incluso, se apuntan a que se la puede entender como una guerrera que, con ese final trágico, encontró una forma de protestar. 

6. SU MARAVILLOSA HERENCIA 

Nos enseñó que las curvas son sexys, que rubia y tonta no son sinónimos, que la elegancia es una actitud e hizo pedazos el estereotipo de mujer sumisa y buena esposa de la época diciendo cosas como que “si no puedes lidiar conmigo en mi peor momento, definitivamente no me mereces”.

Aunque permanentemente defendía que “había que reír cuando se estaba triste, porque llorar era demasiado fácil”, detrás de esa sonrisa maravillosa del personaje, admiramos a la Marilyn real, con sus luces y sombras, como todas. Su brillo nunca dejará encandilar porque fue una mujer única, auténtica, apasionada y la seguiremos admirando por ser perfectamente imperfecta. 

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