¿No duermes bien? ¿Está cambiando el tiempo? ¿La temperatura atmosférica vuelve a batir todos los récords? ¿O es la edad? Qué hay realmente detrás de la migraña cotidiana.
Por Francisca Vives K. / @franvivesk
1. Deshidratación
La causa más común de los dolores de cabeza es la falta de líquido en el organismo. El volumen de sangre que circula por los vasos sanguíneos disminuye, lo que provoca un descenso de la presión arterial. ¿El resultado? Cuello “pesado”, debilidad en todo el cuerpo y falta total de voluntad para trabajar. Controla cuidadosamente tus niveles de hidratación, especialmente en esta calurosa ápoca o después de un ejercicio intenso, cuando pierdes mucho líquido.
2. Llevas un estilo de vida sedentario
Cuando se permanece sentado en un mismo lugar durante largos periodos de tiempo, la gravedad hace que la sangre se dirija a las piernas y circule mucho menos de vuelta al corazón. La consecuencia es una presión arterial baja y una sensación de hormigueo en las sienes en cuanto vuelves a ponerte de pie.
3. Pasas mucho tiempo en un baño caliente
¿Ha asociado alguna vez la ducha o el baño con dolores de cabeza que aparecen al cabo de un rato? Muy equivocadamente. Bañarse en una nube de vapor dilata los vasos sanguíneos tanto como la luz solar directa en un caluroso día de verano. Para recuperar tu temperatura natural, el cuerpo empieza a trabajar “horas extras” y por sobreesfuerzo bombea más sangre al cerebro. Para evitarlo, reduce el tiempo que pasas en la ducha caliente o ajusta la temperatura del agua haciéndola más o menos adecuada. Es cierto, los aficionados a la hidroterapia pueden objetar – un baño caliente es a menudo “prescrito” durante los dolores de cabeza por estrés, ya que alivia todo el cuerpo en general, de las vértebras cervicales en particular. Y es esta obstrucción la que provoca la falta de oxígeno en el cerebro y el consiguiente martilleo de las sienes y zumbido de la nuca.
4. Estás embarazada
Los dolores de cabeza son frecuentes en las mujeres embarazadas y afectan hasta al 80% de las futuras madres. Te explicamos por qué ocurre esto. Normalmente, cuando se hace un movimiento brusco (por ejemplo, levantar bruscamente un objeto hacia arriba), el corazón responde inmediatamente al gesto, bombeando más sangre al cerebro. Pero si estás embarazada, esta sangre hace una parada forzosa en el útero, donde está creciendo el feto, lo que hace que no sea suficiente para estimular tu corteza cerebral. Para reducir las posibles molestias, simplemente intenta no hacer movimientos bruscos y evita doblar demasiado la columna vertebral.
5. Bajo nivel de azúcar en sangre
Por fin podrás comer un trocito de tu chocolate favorito con la conciencia tranquila. El cerebro necesita glucosa para producir energía y, a diferencia de otras células del cuerpo, no sabe almacenarla: hay que reponerla constantemente. Si el origen del dolor está en la zona de la frente, o si se extiende por la cabeza, pero no es punzante, puede ser una señal de que ha llegado el momento de recargar las pilas. Pero no te pases con los postres. Mantén estables tus niveles de azúcar en sangre, toma un tentempié de hidratos de carbono complejos cada dos o tres horas (cereales integrales, frutaso verduras verdes). Los convierten lenta pero inexorablemente en el azúcar correcto y “sano”.