Si tu “perro hijo” es el peor enemigo de tus muebles, estos tips te pueden evitar varios malos ratos.
Por Carlos Homan Reginato
En muchos hogares los “peluditos” son un miembro más de la familia y con ello la convivencia se hace más estrecha, así es común verlos compartir los distintos ambientes de la casa con sus compañeros humanos, una siesta en el sillón favorito de la familia o, un momento de relajo a los pies de la cama viendo una película como uno más del clan, porque definitivamente todos disfrutan la compañía de un perrito. Sin embargo muchas veces esta nueva forma de relacionarnos con las mascotas tiene su lado complicado y un riesgo es que pueden morder todo lo que se cruza a su paso. Según expertos en conducta animal, las razones porque tu mascota mordisquea todo siendo que ya no es un cachorro podría tener distintos orígenes, así que no te desesperes, porque puede cambiarse con paciencia y tomando nota de las siguientes recomendaciones.
Para determinar la causa es importante distinguir si el perrito es cachorro o es un adulto. En el primer caso, se trata de actitudes propias de la edad que muchas veces dejan de hacerlas al crecer, pero si tu perro es joven o adulto o repentinamente comenzó a morder todo, las causas pueden ser de origen psicológico.
Una de las principales causas que impulsan a nuestros perros a mordisquear todo es la ansiedad que les provoca quedarse solos por largos periodos de tiempos, de hecho, los especialistas en conducta animal estiman que 8 a 10, horas sin su familia les genera angustia, pero las rutinas laborales a veces no permiten cambiar esta realidad, por ello, uno de los principales consejos es conseguir un juguete que los mantenga ocupados.
La edad del cachorro
Si tu perro está en edad de dentición, que puede ir entre las 8 semanas a los 6 meses en promedio, según la raza o tamaño, necesitarán morder todo pues están cambiando sus dientes. Una solución es darle una paleta de hielo o con carne congelada, pues el frío le ayuda a aliviar su molestia. En esta edad desarrollan un olfato agudo, por tanto, algunos trucos caseros dicen que untar un poco de limón en el objeto que suele morder puede resultar efectivo y le enseñará a que no se trata de una “buena experiencia” y podría desistir.
Los juguetes
A medida que nuestros perros son más estimulados y le permitimos un mejor desarrollo cognitivo, van mostrando preferencias y gustos propios, así el mercado orientado a las mascotas ha desarrollado una amplia gama de productos y muchos suelen tener un juguete favorito, peluches, balones, entre otros. Sin embargo, no se recomienda que muerdan pelotas de tenis u otros balones, porque el material puede provocarles malestares y alergias, por eso existen variadas marcas que promocionan juguetes de materiales no tóxicos y que prometen largas horas de diversión, mientras papá o mamá llegan a casa.
En Chile, @Aukandogs promociona juguetes que no provocan dolor, ni daños y funcionan como un hueso duro, ideal para estimular la mordida. Sus precios varían entre los 5 mil y 14 mil pesos, y hay distintas tallas según el tamaño de tu regalón, o bien según la mordida. Si no se cuenta con dicho presupuesto o bien tienes varios perritos o perritas hay alternativas caseras, una idea es tomar una botella de plástico duro y hacer un Kong económico. Solo hay que hacerle orificios, llenarla con pellet y tendrás un implemento que además de económico es muy desafiante para su ingenio. Otras alternativas son las tiendas de mascotas que venden juguetes dispensadores de comida, entonces a medida que mordisquea puede ir liberando dulces o golosinas, ello, asegura diversión por varias horas definitivamente.
El adiestramiento canino: una tendencia en alza
Si ya intentaste con juguetes y las largas conversaciones con tu cachorro no mejoran la actitud, existe una alternativa profesional. Cican, es el primer Centro de Comportamiento Animal en Chile, en donde se atienden problemas conductuales para corregir actitudes de la mascota. Otra compañía es Adiestramiento Canino Chile, dentro de su página pueden leerse algunos testimonios tales como el de Rodrigo G: “Roco tenía un problema de ansiedad. No lo podíamos dejar solo en casa porque dañaba todo lo que encontraba a su paso. ¡Nunca pensamos en que nos pudieran solucionar el problema!”. Los valores se solicitan personalmente, pero al parecer la clientela no es menor, por tanto, pude presumirse que la conducta de mordidas es algo bastante común.
Amor, paciencia y persistencia con nuestros “perros hijos” pueden ser la clave para lograr una convivencia libre de zapatos rotos o cojines destrozados. ¡A ponerlo en práctica!
