El mundo se siente hoy un poco menos cool al decir au revoir a la inigualable Jane Birkin.
Por Francisca Vives K. / @franvivesK / @troyrevista
Jane fue una revolución. No sólo fue un icono de la moda, sino una sensación cultural. Su nombre se convirtió en una marca de lujo con el BirkinBag, pero fueron su gracia desenfadada, sus cestas de mimbre y sus vaqueros de cintura alta los que marcaron las verdaderas tendencias.
Y es que Jane Birkin fue mucho más que una cara bonita en la pantalla. Su voz suave, su aspecto moderno y su acento encantador la convirtieron en un auténtico ídolo. Llegó a Francia en un momento en que Inglaterra electrizaba al mundo con su revolución cultural, siguiendo los pasos de los Beatles, los Rolling Stones y otros nombres destacados. Con su apariencia andrógina, sus ojos cautivadores y su candor irresistible, Jane pasó de ser una inocente “baby doll” a convertirse en la sensual musa del actor y cantante francés Serge Gainsbourg, de quien se enamoró perdidamente. Ambos se convirtieron rápidamente en objeto de la fascinación pública, siendo Gainsbourg casi 20 años mayor que Birkin. La pareja colaboró a menudo en el terreno profesional, destacando su actuación conjunta en “Je t’aime… moi non plus”, un sensual dueto cuya letra explícita fue prohibida en varios países.
En 2019, en una entrevista con Vogue Francia, Birkin reflexionó sobre aquella canción. “Nunca pensamos ni por un momento que se convertiría en tal símbolo de libertad en todo el mundo”, dijo. “La gente la escuchaba a escondidas, desde España hasta Argentina. El Papa la prohibió, la BBC también, y en Italia metieron en la cárcel al jefe de Phonogram Records”. “La canción que canté con Serge se quedará conmigo”, dijo Birkin en otra entrevista. “Cuando muera, ésa será la melodía que tocarán, mientras salgo con los pies por delante”.
Su libertad extravagante, su elegancia y sus éxitos provocativos la convirtieron en la “anglaise” favorita de Francia como se llamaba cariñosamente.
“Porque encarnaba la libertad, porque cantaba las palabras más bellas de nuestra lengua, Jane Birkin era un icono francés”, tuiteó el presidente Emmanuel Macron poco después de conocerse la noticia de su muerte.
Sin embargo, la vida personal de Birkin estuvo marcada por altibajos y momentos difíciles. Su relación con Gainsbourg fue tumultuosa, y escribió sobre la violencia y los problemas de alcoholismo de su pareja en sus diarios de 2020. A pesar de ello, Birkin lo defendió y promocionó su trabajo incluso después de su muerte en 1991.
Además de su hija Charlotte Gainsbourg, fruto de su relación con Serge, Birkin tuvo otras dos hijas: Kate Barry, quien falleció en 2013, y Lou Doillon, reconocida músico, modelo y actriz. Birkin fue una madre dedicada a pesar de los desafíos que enfrentó en su vida personal y profesional.
Y aunque Jane Birkin siempre llevó consigo el tatuaje de Gainsbourg, también forjó un camino personal detrás del micrófono y en la gran pantalla. Trabajó con aclamados directores como Doillon, Rivette, Godard, Wargnier y Chéreau, dejando una huella discreta pero brillante en su filmografía. Películas como “Je t’aime… moi non plus”, “La Piscine”, “La Pirate” y “Les Dessous chics” son solo algunas de las obras maestras que forman parte de su legado. Su voz afinada, su espontaneidad sin filtros y su talento para las comedias populares, como “La moutarde me monte au nez” y “La Course à l’échalote”, la convirtieron en un tesoro nacional. Hasta hoy, Jane Birkin sigue siendo una figura legendaria, con sus fotos que invaden Instagram y su papel como icono de moda, inspirando a generaciones tras generaciones.
El bolso Birkin
Aunque Birkin siguió cantando, triunfó como actriz y siguió siendo una modelo de gran éxito durante muchos años, fue su participación en la creación del bolso Birkin de Hermès -uno de los accesorios más duraderos e icónicos de la moda- lo que la convirtió en el nombre familiar que es hoy.
En una entrevista con Christiane Amanpour, presentadora internacional de la CNN, en febrero de 2020, Birkin relató cómo un encuentro casual en un vuelo de Air France a Londres, sentada junto a Jean-Louis Dumas, entonces presidente de Hermés, inspiró el codiciado bolso que lleva su nombre.
Mientras se desparramaban los artículos de su bolso: un canasto de mimbre que llevaba en aquel vuelo, Birkin contó a Amanpour que sugirió a Dumas un nuevo diseño. “Le dije: ¿Por qué no haces un bolso cuatro veces más grande que el Kelly (una versión anterior inspirada en Grace Kelly), que puedas dejar abierto?”, recordó, antes de dibujar un boceto en la bolsa para vómitos que había en el respaldo del asiento del avión. Dumas cumplió su palabra y el bolso Birkin se presentó en 1984.
Años más tarde, Birkin pediría a Hermès que retirara su nombre del bolso, preocupada por el trato que recibían los cocodrilos sacrificados para crear los bolsos. Según un reportaje publicado en 2015 en The Guardian, Birkin y Hermes se reconciliaron después de que se introdujeran cambios en el proceso de sacrificio en una granja de Texas donde se criaban los animales para fabricar los bolsos.
Actualmente, es uno de los bolsos más reconocidos y codiciados del mundo. Las variedades más raras alcanzan los cientos de miles de dólares en subasta y, según British Vogue, casi 40 años después de su lanzamiento, la demanda de este estilo sigue “superando la oferta” en las boutiques.
Aquel incidente con Hermés fue solo uno de una serie de protestas de Birkin. Más recientemente, en 2022, se unió a otras celebridades francesas, entre ellas la actriz Marion Cotillard, para cortarse el pelo como gesto de apoyo a las mujeres iraníes asesinadas por violar la normativa sobre el hiyab de ese país. Y es que además de su destacada carrera en el mundo del arte y la moda, Jane Birkin también fue reconocida por su compromiso humanitario. Utilizando su frescura defendió causas cercanas a su corazón, desde la investigación sobre el sida hasta la ayuda a los refugiados, pasando por su trabajo con Amnistía Internacional, prestó su calidez y compasión a cada una de sus iniciativas.
Todavía se desconoce la causa de la muerte de Birkin, pero en los últimos años había estado delicada de salud y sufrió un derrame cerebral en 2021. Su asistencia al estreno del documental “Jane by Charlotte”, sobre la relación de Birkin con su hija Charlotte, fue una de sus últimas apariciones públicas.
En el momento de su muerte, Birkin tenía en su haber más de 20 álbumes, papeles en 65 películas, un debut como directora en 2007 en el largometraje Cajas y tres nominaciones a los César. En un comunicado emitido el domingo, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, declaró que “la más parisina de los ingleses nos ha dejado. Nunca olvidaremos sus canciones, sus risas y su incomparable acento que siempre nos acompañó”.
Extrañaremos a Jane Birkin, pero su espíritu indomable seguirá inspirando a las generaciones venideras.
