Operación ‘London Bridge is down’: Este es el protocolo en caso de que muera la reina Isabel II

La monarca está bajo supervisión médica por su delicado estado de salud. Toda la familia real ha viajado a Balmoral.

Por Francisca Vives K. / @franvivesk / Fotos: @theroyalfamily

Cuando la recién asumida primera ministra británica Liz Truss se le comuniquen por teléfono que “el puente de Londres ha caído” sabrá que la Reina Isabel II falleció y se iniciará la “Operación London Bridge”, un complejo protocolo cuyos detalles fueron revelados hace dos más o menos dos hay

El “día D” -como se conoce al día en que suceda la muerte de la Reina- se dará inicio a una serie de llamadas y correos electrónicos a funcionarios y ministros de alto rango, cuyo borrador se escribió hace mucho tiempo.

El encargado de dosificar la información será, a partir de ese momento, el secretario privado de la reina, Sir Edward Young, que está a su lado desde julio de 2017. Será él quien deba ponerse en contacto con la primera ministra, sea la hora que sea.  A partir de entonces la noticia saldrá de Reino Unido rumbo a los 15 países que están también bajo el regio cetro de Isabel II y a los 36 restantes de la Commonwealth.

Tras el envío del mensaje, todas las banderas de Whitehall deberán bajarse a media asta en 10 minutos, 

Asimismo, dentro de los protocolos, la ciudadanía británica conocerá la noticia a través de una “notificación oficial” emitida por la Casa Real. En ese instante, un lacayo vestido de luto abrirá las puertas del palacio y colocará una nota en las rejas, mientras que la página web se oscurecerá con un fondo sombrío y el mismo texto.

Liz Truss será la primera integrante del gobierno en hacer una declaración y el resto de miembros del Ejecutivo no podrán pronunciarse al respecto hasta después de ello.

Otro detalle importante es que tanto el Parlamento británico, así como las cámaras autónomas de Escocia, Gales e Irlanda del norte cesarán su actividad; se anunciará un minuto de silencio a nivel nacional y el Ministerio de Defensa disparará salvas desde diversas ubicaciones.

Protocolo en RRSS

En la era en que vivimos las redes sociales son tan importantes como cualquier otro medio de difusión, de ahí que sean parte del protocolo oficial de La “Operación London Bridge”. Es así que se prohíbe cualquier retweet desde cuentas oficiales y contenido no urgente. Asimismo los perfiles sociales del gobierno, así como la página web oficial de la familia real se teñirán de negro. 

En la cadena de televión BBC se activará el sistema de transmisión de alertas por radio, una alarma que se empleaba durante la guerra fría. En realidad, prácticamente todos los medios de comunicación tienen listos obituarios y especiales sobre el tema. Reino Unido se toma tan en serio esta cuestión que hasta las estaciones de radio comerciales cuentan con una red de luces azules que se encienden en caso de catástrofe nacional. La muerte de Isabel II es una de ellas. Por ello se repetirá varias veces en las distintas emisoras cada cierto tiempo, tal y como sucedió con su padre y se suspenderá toda la programación para que los presentadores, de riguroso luto, informen del deceso.

No cabe ninguna duda que el “día D” será una jornada de completo frenesí, sobre todo, para la primera ministra, que tendrá una audiencia con el nuevo rey, Carlos, y deberá asistir al servicio conmemorativo que la Catedral de San Pablo albergará en honor a la reina, una ceremonia de corte íntimo y “espontáneo”.

Dependiendo donde fallezca la soberana, el protocolo contempla diferentes alternativas de traslado del féretro. Si muere en su residencia de Sandringham (este de Inglaterra) su ataúd llegará en un tren y será recibido por la primera minstra en la estación londinense de St Pancras.

Si ocurre en Balmoral (Escocia, donde se encuentra actualmente), se activará la “Operación Unicorn” que la llevará también en tren a Londres, si es posible. Y, si no, la “Operación Overstudy”, que trasladará el féretro en avión.

El protocolo desde Balmoral

Como la Reina actualmente se encuentra en Balmoral, es prácticamente seguro que se aplique ese protocolo en caso del fallecimiento de la reina. En ese caso, se llevará a cabo un ritual escocés: la reina será custodiada por la Real Compañía de Arqueros, que llevan plumas de águila en sus sombreros. Posteriormente, el ataúd se llevará a la catedral de San Giles antes de ser subido a un tren en una procesión a cuyo paso se sucederá la multitud lanzando flores.

En cualquiera de los escenarios que se barajan, el cuerpo de Isabel II terminará en la sala del trono del palacio de Buckingham. Allí, en una especie de altar, cuatro guardias con sus sombreros de piel de oso y sus rifles vigilarán permanentemente. No habrá tiempo para la tristeza. Cada uno sabe lo que tiene que hacer. Las banderas bajarán y las campanas de las distintas iglesias sonarán con fuerza, incluidas las de la Abadía de Westminster.

Y es que este plan no algo que se hay esbozado en los último días. Desde los años 60 se han sucedido las reuniones (dos o tres al año) con los distintos actores implicados en el proceso. El protocolo se actualiza constantemente y las versiones que quedan desfasadas se destruyen. Lo que sí está claro es que se imprimirán 10.000 invitaciones para la consiguiente proclamación de Carlos como rey, algo que ocurrirá en las 24 horas siguientes al fallecimiento, previsiblemente, y en el que no faltarán los disparos de cañones.

El próximo Rey

El príncipe de Gales, primero en la sucesión al trono, se dirigirá a la nación a las 6 de la tarde, y será proclamado soberano a las 10 de la mañana del día después de la muerte de Isabel (“D+1”). Además, en los días previos al funeral realizará una gira por todo el Reino Unido, comenzando en Escocia y finalizando en Gales.

Lo que ocurrirá los 9 días siguientes también forma parte del estricto y rígido plan británico: se sucederán las procesiones y los desfiles hasta el día del entierro. En el segundo día de luto, el féretro con la reina regresará al Palacio de Buckingham, y en el quinto marchará en procesión hasta el palacio de Westminster. Allí, permanecerá hasta el octavo en una caja elevada y abierta al público durante 23 horas al día.

El día “D+10” -jornada en la que se celebrará el funeral de estado- se declarará festivo. Ese día, a las 9 am, el Big Ben hará sonar su campana con un tono más apagado de lo habitual. Dos horas después tendrá lugar la celebración del funeral, que será retransmitido -los rostros de la Familia Real no aparecerán en pantalla-. Posteriormente, Isabel II será trasladada hasta la Capilla Conmemorativa del Rey Jorge VI del Castillo de Windsor, donde descansará junto a su esposo, el recientemente fallecido duque de Edimburgo, después de que su hijo, el ya rey Carlos, deje caer un puñado de tierra roja de un cuenco de plata.

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