La Reina Letizia de España cumple 50 años

Es sólo un cumpleaños, pero España está aprovechando la ocasión para evaluar su maltrecha monarquía y preguntarse cómo la llegada de una plebeya de clase media podría ayudar a transformar una de las dinastías reales más legendarias de Europa en una institución moderna y más aceptable.

Por Francisca Vives K / @franvivesk / Fotos: Instagram

Divorciada y veterana periodista de la televisión nacional, Letizia Ortíz se convirtió en princesa al casarse con el Príncipe Felipe – actual Rey Felipe VI – en 2004. Cuando el Rey Juan Carlos abdicó 10 años después, se convirtió en la primera mujer sin sangre azul en acceder al trono español.

Tras ser entrevistada inicialmente por muchas personas, estos días los medios de comunicación están llenos de artículos y libros sobre ella, la mayoría dándole un espaldarazo.

La portada del diario El Mundo de hoy titulaba : “La revolución de la reina Letizia para modernizar la Corona” y su corresponsal real escribía: “Cumple 50 años en un momento dulce”. Incluso los medios de comunicación menos pro-monarquía la alaban y ensalzan como la salvadora de la monarquía. Pero Letizia ha tenido que luchar para llegar a este punto.

Paso a paso

Desde el comienzo de su vida real, los focos se han centrado en ella. Quizá junto a Penélope Cruz, ninguna otra mujer en España da más que hablar, ya sea por sus estilismos de moda, su belleza, su físico excesivamente delgado pero en forma, su compromiso con las causas sociales o si se la ve salirse de la norma.

“Siempre se ha hablado de Letizia desde que entró en la monarquía porque es una persona tan interesante y compleja que eclipsa a todos los demás, incluido el rey emérito Juan Carlos, cuando era rey”, dijo Alberto Lardiés, periodista y autor de varios libros sobre la familia real española.

Letizia se convirtió en reina consorte en un momento en el que la monarquía española estaba de capa caída tras los sucesivos escándalos protagonizados por Juan Carlos y su cuñado, Iñaki Urdangarín.

Se sabe que no le fue difícil integrarse. Juan Carlos tenía poco tiempo para ella debido a su pasado y Letizia también se apresuró a distanciarse de Sofía, su predecesora y modelo de conformidad, así como de muchos otros miembros de la que siempre ha sido conocida como una familia muy conservadora.

En una de las ocasiones más comentadas, se vio a Letizia, ahora reina, hablando e impidiendo que Sofía posara con sus hijas en la catedral de Palma de Mallorca en 2018. El motivo no estaba claro, pero sí su insistencia.

A principios de este año, se destacó por no bendecirse como el resto de su familia inmediata y los sacerdotes cercanos en una ceremonia religiosa televisada.

Todas las miradas estarán puestas ahora en Felipe, Letizia, Juan Carlos y Sofía cuando aparezcan el lunes en el funeral de la reina Isabel II, la primera vez que se les ve juntos desde hace mucho tiempo.

Fue Juan Carlos, otrora la figura más popular de España, quien estuvo a punto de hacer añicos la reputación de la monarquía en varias ocasiones, la más reciente cuando fue mencionado en 2020 en investigaciones financieras con una antigua amante.

Posteriormente abandonó el país y desde entonces reside en Abu Dhabi.

Y aunque es más conocida como feminista progresista que como monárquica acérrima, a Letizia se le atribuye ahora un papel importante en la decisión de Felipe de trazar un nuevo rumbo y romper los lazos con el pasado vinculado a la corrupción del palacio para salvar la monarquía.

Alberto Lardiés dice que los observadores reales dicen ahora que Letizia “está resultando ser la elegida y que Juan Carlos no era tan bueno después de todo”.

Mábel Galaz, corresponsal de palacio de El País durante tres décadas y autora de “Royal Letizia”, dijo en una entrevista a su periódico que un atributo clave de Letizia es que la gente se puede identificar con ella. “Ha viajado en el metro, ha pagado una hipoteca, ha luchado por llegar a fin de mes, como el resto de nosotros”, dijo Galaz. Y agregó: “Sabe que la monarquía tiene que reinventarse y ser más corriente”.

Como princesa, se vio obligada a realizar muchas tareas oficiales y, a juzgar por la expresión de su rostro, no siempre parecía gustarle. Pero una vez convertida en reina, se liberó para dedicar su tiempo a las cosas que realmente le interesan, como las organizaciones de lucha contra el cáncer y las enfermedades raras, la educación, la cultura y los proyectos de cooperación internacional de España con los países en desarrollo.

“Se ha convertido en un icono”, dijo Lardiés. “No al nivel de la difunta Lady Di, pero se la considera única y muy diferente a toda la realeza española”.

Una de las pocas veces que ha hablado con franqueza sobre sí misma desde que se convirtió en reina fue cuando volvió a visitar su alma mater, la Universidad Complutense de Madrid, con motivo del 50º aniversario de la facultad de periodismo el año pasado.

En un discurso, contó cómo uno de sus profesores, un poco cansado de ella, interrumpió una vez una clase gritando: “Ortíz, escucha, evidentemente no sé qué va a ser de tu vida, pero en lo que se refiere a ser aburrido, no tienes rival.

Letizia dijo que se refería a sus preguntas y a su curiosidad. Dijo que seguía haciendo preguntas, pero que ya no revelaba las respuestas que le daban.

Comentando su edad, dijo:

“La facultad tiene 50 años y yo estoy a punto de cumplirlos también, como toda España sabe” ……. Creo que 50 es un buen número para seguir intentando hacer las cosas bien en el lugar que nos corresponde a cada uno”.

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