¿Has notado alguna vez cómo responde tu piel a los cambios de estación? Si es así, es probable que pueda volverse más seca y escamosa en los meses más fríos del invierno. Aquí te damos algunos tips para lidiar con ello.
Por Francisca Vives K. / @franvivesk
El aire frío, el calor seco de las estufas, los bajos niveles de humedad y el fuerte viento invernal pueden eliminar la humedad de la piel, dejándola con un aspecto mucho menos radiante de lo normal, no sólo en la cara, sino también en las manos, los pies y otras zonas expuestas a los elementos.
Hay medidas que puedes tomar para mantener tu piel con un aspecto saludable, incluso cuando las temperaturas bajan y no hay forma de escapar del aire seco y frío del invierno.
¿Cómo distinguir la piel seca?
Algunos de los signos y síntomas más comunes de la piel seca son:
- escamación o descamación
- enrojecimiento
- textura áspera
- picor
- piel cruda e irritada
- grietas en la piel
- escozor o ardor
El término médico para la piel seca es xerosis. Los síntomas pueden variar en gravedad y tener un aspecto diferente dependiendo de la zona del cuerpo afectada.
Cómo prevenir la piel seca en invierno
La piel seca en invierno no es inevitable. Si haces algunos cambios en tu régimen y hábitos de cuidado de la piel, y utilizas los productos adecuados, podrás mantenerla suave, tersa y vibrante durante todo el invierno.
Echemos un vistazo a 11 consejos que pueden ayudarte a potenciar la salud de tu piel durante los meses más fríos del año.
1. Hidratar justo después de la ducha
Cada vez que te duchas el rostro, las manos o el cuerpo, le quitas a tu piel sus aceites naturales. Como estos aceites ayudan a retener la humedad, es vital reponerlos. Por eso es importante utilizar una crema hidratante después de cada ducha o baño de agua caliente, especialmente en invierno. Como recordatorio útil, intenta tener un frasco de crema hidratante en tu baño y lleva una crema hidratante de tamaño de viaje cuando estés de viaje.
Las cremas que funcionan especialmente bien para la piel seca en invierno son la Loción de Cuerpo y el Gel Piel Seca de Bio‑Oil®. La fórmula ultraligera de la Loción de Cuerpo es toda una experiencia sensorial. De textura súper delgada, tiene en promedio el doble de cantidad de aceite y se absorbe de forma casi inmediata. ¿La clave? Agitar enérgicamente antes de utilizar, aplicar con masajes en movimientos circulares sobre el cuerpo hasta su completa absorción, y dejarse mimar por su combinación de aceite de karité, urea, glicerina, ácido hialurónico, rosa mosqueta, aceite de jojoba y caléndula, entre otros ingredientes.
Gel Piel Seca, en tanto, es específico para zonas con extrema resequedad. Su textura única, de agradable gel, facilita la absorción y crea una película protectora que resiste la pérdida de la humedad y devuelve a la piel seca su estado de hidratación óptima. Lo primero es entender que la xerosis o piel seca es un trastorno cutáneo muy frecuente que se caracteriza por una piel áspera, descamativa y habitualmente con pruritos, causado por una alteración de la capa más superficial de la piel (estrato córneo), que disminuye su contenido de agua y lípidos, comprometiendo la función de barrera natural. Si bien puede manifestarse en cualquier parte del cuerpo, las zonas más vulnerables son las que tienen menos glándulas sebáceas, como las manos, los brazos y las piernas, y las expuestas a fricción, como los tobillos y las plantas de los pies.
2. Aplícate crema solar a diario
Dado que los días de invierno son más cortos y hay menos luz solar, puede ser tentador eliminar la protección solar de tu rutina matutina, pero piénsalo de nuevo. Incluso en invierno, los dañinos rayos UV pueden poner en peligro la barrera de hidratación de la piel, que es vital para mantenerla sana e hidratada.
Intenta añadir una capa de protección solar cada mañana después de aplicar tu crema hidratante.
3. Utiliza tratamientos nocturnos
Los tratamientos nocturnos son una forma excelente de revitalizar o prevenir la sequedad de la piel. Los emolientes son excelentes para hidratar. Sin embargo, como son un tipo de crema más pesada, pueden tardar más en ser absorbidos por la piel.
Si te aplicas un emoliente durante la noche, tu piel tendrá el tiempo necesario para absorber el tratamiento y para que el emoliente reponga la humedad y los aceites que necesita.
4. Ajusta tu rutina de cuidado de la piel
Si la piel de tu rostro parece estar especialmente sensible o irritada debido al aire seco del invierno, puedes considerar simplificar tu rutina de cuidado de la piel por el momento.
Ten en cuenta que la barrera de hidratación de tu piel debe estar sana para responder bien a los sueros, tónicos y otros tipos de tratamientos de belleza.
Además, si tu piel está irritada, puede ser más sensible a ingredientes como las fragancias y el alcohol. Esto significa que los productos que normalmente se sienten bien en tu rostro podrían convertirse en irritantes.
Intenta mantener una rutina de cuidado de la piel sencilla. Considera la posibilidad de utilizar sólo una crema hidratante y un protector solar por la mañana, y un limpiador suave con una crema hidratante por la noche.
Una vez que sientas seguridad de que la barrera de hidratación de tu piel está sana, puedes ir incorporando poco a poco otros tratamientos e ingredientes a tu rutina.
5. Utiliza un humidificador
Los humidificadores ayudan a devolver la humedad al aire, lo que puede ser especialmente útil cuando la calefacción interior se pone en marcha en los meses de invierno. Tener más humedad en el aire puede ayudar a actuar como un agente hidratante natural que, a su vez, puede prevenir y aliviar la sequedad de la piel.
6. Baja la temperatura
Una ducha o un baño caliente al final de un frío día de invierno puede resultar especialmente relajante. Pero, para mantener la piel nutrida, es mejor mantener la temperatura del agua más bien tibia.
Según el Baylor College of Medicine, el agua caliente puede eliminar los aceites naturales de la piel más rápidamente que el agua tibia (que suele estar a unos 37 °C), e incluso puede causar daños.
Además, ten cuidado cuando te seques la piel después del baño o la ducha. En lugar de frotar vigorosamente, da palmaditas suaves a tu piel con una toalla suave, lo que puede permitir que parte de la humedad hidrate la capa superior de tu piel.
7. No te pases con los exfoliantes
La exfoliación, que ayuda a eliminar las células muertas de la superficie de la piel, puede ayudar a mantener la piel con un aspecto suave y vibrante. Pero es posible sobreexfoliar la piel si lo haces con demasiada frecuencia o si utilizas los productos equivocados.
Si tu piel se ve seca o escamada, puedes optar por un exfoliante químico suave en lugar de un exfoliante físico. Los exfoliantes más agresivos con partículas grandes pueden romper la barrera de hidratación de la piel y causar daños.
Si tu piel está agrietada, en carne viva o irritada, puede ser mejor evitar la exfoliación hasta que tu piel se haya curado.
8. Hidratación desde el interior
Otro paso clave para mantener tu piel sana y brillante es asegurarte de que te mantienes bien hidratado durante todo el día. No tomar suficiente líquido puede afectar a la apariencia de tu piel y también hacerla más susceptible a la sequedad.
Además de mantenerte bien hidratado, también puedes centrarte en comer alimentos con alto contenido en antioxidantes y ácidos grasos omega-3. Ambos nutrientes pueden proteger tus células del daño ambiental y ayudar a tu cuerpo a producir células sanas, incluyendo las de la piel.
9. Opta por tejidos no irritantes
Una buena regla cuando se trata de cualquier problema de la piel es evitar usar materiales ásperos. Y la piel seca no es una excepción. Si la piel de tu cuerpo es muy seca, intenta usar tejidos sueltos, cómodos y naturales para reducir el riesgo de irritación física adicional.
Además, evita lavar la ropa con los detergentes habituales. Busca detergentes formulados para pieles sensibles, que probablemente estarán libres de productos químicos y fragancias fuertes.
11. Utiliza guantes
Los guantes son la mejor barrera física contra los agentes ambientales que pueden resecar la piel de las manos.
Para proteger tus manos, usa guantes calientes cuando salgas al frío y utiliza un par de guantes de silicona cuando laves los platos.
Limitar el aire seco y el agua caliente que toca tu piel puede ayudar a mantener tus manos suaves y bien hidratadas.
Si ves que tu piel seca no mejora con los remedios caseros, considera la posibilidad de consultar a un dermatólogo para que te de el tratamiento adecuado.