Lenguaje corporal de los gatos: comunicación y expresión

Los niños tienden a preguntarte cosas como ¿por qué no habla mi gato? Y como adultos solemos lanzar la primera respuesta que se nos viene a la mente sin pensarlo demasiado. Los gatos hablan, pero no como las personas. Ellos utilizan el lenguaje corporal para expresarse, algo que otros felinos entienden y que tú también puedes aprender a descifrar. Sigue leyendo que aquí te lo explicamos.

Por Francisca Vives k / @franvivesk / Foto deportada: Gata Rita de @bibimandakovic

Pregúntale a cualquier niño pequeño lo que dice un gato y te dirá con confianza “miau”. ¿Pero eso es todo lo que dicen los mininos? Maullar es en realidad solo una pequeña parte de cómo se comunican. En su mayoría, los gatos usan sus cuerpos para expresarse, e incluso decirnos cómo se sienten. Todo, desde las orejas, los ojos y los bigotes hasta los dedos de los pies y la punta de la cola, nos da pistas sobre lo que está pasando dentro de sus cabezas.

Si recientemente adoptaste un gatito y éste te ha estado dando algunas señales que no tienes ni idea de cómo interpretar, aquí te ayudamos con ello. “Los gatos son muy expresivos si sabes qué buscar en su lenguaje corporal”, dice Efraín Vásquez, veterinario de @veterinariamascot. Y agrega: “Todo, desde la forma en que su cola se mueve hasta la posición de sus orejas, es una manera de comunicación”. 

A continuación nos entrega una serie de datos para descubrir exactamente cómo diferenciar entre un gato que está ansioso, temeroso o enojado y uno que es amigable y cómodo.

Calmado y relajado

Un gato que está relajado tendrá movimientos corporales sueltos y fluidos y su respiración será lenta y constante. Puede doblar los pies frente a sí mismo, estirarlos hacia adelante o encorvarse sobre el costado. Las orejas y los bigotes de un gato relajado estarán en sus posiciones neutrales, o tal vez ligeramente hacia adelante. Sus párpados estarán suaves y quizás podría parpadear lentamente. Esas son señales de que se siente seguro y no le preocupa monitorear el medio ambiente.

Cariñoso

Cuando muestran su afecto, los gatos se frotan sobre ti, a menudo dando vueltas o girando en forma de ocho. La cola del gato se mantendrá alta, a menudo con una pequeña curva al final, lo que demuestra que está feliz de verte a ti o a otro gato. Los cabezazos y el frotamiento de la barbilla son signos claros de que tu gato te ama, porque los gatos tienen glándulas olfativas en la cara que les permiten reclamar amigos y objetos como propios.

Cuando tu gato pasa algún tiempo acurrucado en tu regazo, puede notar que amamanta, otro signo de disfrute, porque imita el comportamiento de alimentación de los gatitos lactantes. Probablemente escuches a tu gato ronronear, un signo clásico de satisfacción. Sin embargo, los gatos a veces también ronronean en situaciones estresantes, probablemente como una estrategia para calmarse.

Juguetón

Un gato que está jugando se verá un poco diferente de un gato que está relajado. Eso es porque el juego imita los comportamientos de supervivencia, por lo que los gatos fingen ser agresivos. Las pupilas de un gato pueden dilatarse y sus ojos pueden agrandarse mucho. Sus dedos de las patas se separarán, para ganar tracción en los movimientos repentinos, y su cola puede ponerse nerviosa o moverse de un lado a otro, lo que también puede ser una señal de que está molesto o agitado. En el acto de jugar, los gatos pueden acechar, perseguir, saltar, aplastar, morder, sacudir o agarrar y “patear como un conejo”.

Todos estos comportamientos también se observan en gatos que están cazando o defendiéndose. La diferencia entre los comportamientos de juego y lo “real” es que el juego será más dinámico, suave e ineficiente. Al jugar, un gato se pondrá en posiciones comprometedoras (como rodar de espaldas), algo que no haría frente a un peligro real o si estuviera cazando una presa real.

Estrés de bajo nivel

Un gato que está levemente estresado, o que intenta evitar algo desagradable, entrecierra los ojos, parpadea rápidamente y / o gira la cabeza. Su cuerpo estará rígido y posiblemente pegado al suelo. Puede inclinarse hacia atrás, o una pata puede estar ligeramente levantada del suelo. Puedes notar que bosteza, se acicala, se rasca, se lame los labios, parpadea o bebe agua en exceso.

Cuando los comportamientos de mantenimiento como esos se realizan fuera de contexto o en exceso durante eventos o circunstancias estresantes, se denominan comportamientos de desplazamiento. Las pupilas del gato pueden estar dilatadas, sus orejas pueden girar en diferentes direcciones y sus bigotes pueden estar más adelante de lo normal. Todas estas son formas de controlar el medio ambiente. Su cola se puede ver moviéndose o moviéndose de un lado a otro, o se puede sostener firmemente contra su cuerpo.

Miedo, ansiedad y estrés

En un gato que experimenta un nivel cada vez mayor de miedo, ansiedad o estrés, sus orejas pueden estar dobladas hacia atrás en su cabeza o mantenidas bajas y giradas hacia los lados (también conocidas como “orejas de avión”). Su cabeza caerá al nivel de sus hombros o por debajo de él, y su respiración puede volverse muy rápida. Mantendrá la cola baja y puede tener ojos muy bizcos o muy abiertos con pupilas grandes.

Puede mantener sus piernas debajo de él en una posición agachada o aplanar su cuerpo contra el suelo. En casos extremos de miedo o agresión, un gato hará lo contrario: se estirará sobre los dedos de los pies y arqueará la espalda para parecer lo más grande posible. Su cabello puede erizarse en su cuello, espalda o cola.

En altos niveles de miedo y estrés, los gatos también gruñirán, silbarán y hasta escupirán. Si no se siguen esas claras advertencias, el gato puede golpear o morder. No hace falta decir que no es aconsejable empujar a un gato al punto de morder, ya que sus mordeduras pueden causar heridas punzantes profundas y, a menudo, causar infecciones. Además, será difícil recuperar la confianza de ese gato y reparar la relación fracturada.

Enfermedad

El lenguaje corporal de un gato no solo revela mucho sobre cómo se siente emocionalmente, sino que también puede revelar si se siente enfermo. Los gatos son muy buenos para ocultar enfermedades, por lo que pequeñas señales corporales pueden ser los primeros signos de problemas.

Un gato que se sienta enfermo puede mantener la cabeza baja y entrecerrar los ojos o mantenerlos cerrados. Sus orejas pueden estar bajas o giradas hacia afuera, y sus bigotes pueden apuntar hacia abajo. Puede mantener la cabeza, los pies y la cola muy cerca de su cuerpo, de modo que estén metidos en una bola apretada. Sus terceros párpados, que se encuentran en las esquinas interiores de los ojos, pueden ser visibles porque no están retraídos por completo. El gato puede rodar hacia un lado si se siente demasiado débil para sostenerse. Puede notar secreción ocular o nasal, o babeo. Si cree que su gato está indicando que está enfermo o con dolor, hable con su veterinario.

En resumen: el lenguaje corporal es la forma principal en que los gatos se comunican. El comportamiento siempre es contextual, así que presta atención a todo el cuerpo del gato y a lo que sucede en el entorno. Al prestar mucha atención al lenguaje corporal de nuestros gatos, podemos hacer un mejor trabajo al atender sus necesidades y tener relaciones aún más fuertes y felices con ellos.

Un recordatorio: si nota cambios repentinos e inexplicables en el comportamiento de su gato, consulte a su veterinario para descartar causas médicas de este cambio. 

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