AUTOENGAÑO AMOROSO

Pretender relaciones que de antemano sabemos que jamás funcionarán. No reconocer que queremos ser felices y saber que lo merecemos. Son solo algunos de los sentimientos que se mezclan a la hora de entablar un relación que PREVIAMENTE sabemos que no llegará a ninguna parte o que de seguro solo nos hará sufrir.

Por Bernardita Cruz Baraona / @bernicruzmr

Es el cuarto de siete hermanos, todos con nombres que parten con la letra A. Es guapo, está lleno de amigos, es la estrella de la noche y el centro de atención donde quiera que vaya. Todos quieren ser parte de su vida. No le gustan los compromisos y es un mujeriego de tomo y lomo. Pero muchas mujeres lo aman.

Así es Alex Mercader, el papel que interpreta el actor Jorge Zabaleta en la teleserie “Machos”. Su personaje es el fiel reflejo de ese hombre a quien muchas alguna vez pensaron cambiar. Una especie de autoengaño.

“Conmigo dejará de tomar”, “se va a enamorar así que va a querer comprometerse”, “será fiel”, “me ama y no se da cuenta”.

Camila Pinto, psicóloga experta en parejas y sexualidad, explica que este fenómeno se asemeja a cuando se dice “mañana parto la dieta” o “esta vez si que voy a ir al gimnasio”.

Para ella, hay varios patrones de conducta que hacen que alguien esté una y otra vez auto boicoteándose en el trabajo, la amistad, el bienestar personal y también en el amor. Influyen sentimientos como el miedo, la baja autoestima.

“Hay gente que vive en un auto sabotaje siempre que les impide seguir adelante es sus vidas, trazar metas reales, sentir, amar, entregar”, asegura.

NO RECONOCER

Isabel Martínez tiene 44 años y vive junto a sus dos hijos producto de su matrimonio con Cristóbal Fuenzalida. Dice que su relación no terminó por falta de amor, al menos de parte de ella, sino porque él le fue infiel.

Confiesa que lo peor es que ocurrió en varias oportunidades y que en cada una de ellas lo sospechó pero prefirió sacarse la idea de la cabeza. No era capaz de reconocerlo. Sabía que si lo hacía, la separación sería inevitable.

Recuerda que todo partió con un mail que llegó al computador de Cristóbal y que ella estaba usando. Era de Ashley Madison, una página web donde mujeres y hombres buscan amante. Investigó de qué se trataba. Prefirió ni siquiera preguntar.

La segunda vez, fueron mensajes de WhatsApp que recibía de una compañera de trabajo. Al principio no le llamó la atención. Luego, comenzó a recibirlos muy tarde, por la noche, fines de semana. Él parecía esconderse para hablar. Prefirió no preguntar. Calló.

Después vino una relación extramarital con una vecina quien además era su amiga. Juntas compartían historias, se acompañaban y ayudaban. Pero la amistad terminó abruptamente cuando Isabel esperaba a su segundo hijo y los encontró besándose en la cocina de ella.

“Ahí supe que ya no podía seguir negándome a lo que ocurría. Está con pena pero también con mucho miedo. Iba a ser mamá nuevamente y lo haría sola”, dice.

De eso ya han pasado cinco años y cuenta que hoy lo tiene completamente asumido. Dice que ya no está enamorada, que se dio cuenta que es mejor estar sola a vivir con alguien que te engaña. Asegura que la desilusión fue tan grande que eso la ayudó a dejarlo ir. Sin embargo, también reconoce que con quien sí se reconcilió fue con ella misma. Así es. Después de mucha psicoterapia se dio cuenta que se estaba haciendo daño. Incluso, sabía la personalidad que tenía su marido ya que, precisamente, cuando lo conoció ya tenía reputación de mujeriego e igualmente eligió estar con él.

Según ella la verdadera razón para no encarar antes a Cristóbal era que no se sentía capaz de hacer su propia vida, de no depender de nadie. Sentía que no era lo suficientemente buena en nada.

Cuenta que la psicóloga la hizo entender que ella no solo era buena si no que, además, merecía ser respetada, amada, feliz y reconocida.

Isabel hoy asume que vivió durante años en un auto boicot, una situación que es mucho más recurrente de lo que se cree donde conceptos como la autoestima son trascendentales. “Muchas personas no solo piensan que son merecedoras de infidelidades sino que también incluso de ser víctimas de maltrato tanto psicológicos como físicos. Y eso es tanto para hombres como mujeres”, explica la psicoterapeuta experta en parejas Camila Pinto.

–¿Por qué ocurren estas situaciones?

–Básicamente porque tenemos problemas de autoestima. El no sentirse capaz, el creer que no merecemos amor, incluso el que no tenemos derecho a ser felices, es muy común, porque pensamos que no somos lo suficientemente buenos para ser merecedores de cosas positivas.

–Y dejamos de ser felices

–Claro. Preferimos no cuidarnos, no querernos, no preocuparnos por nuestra felicidad y no hacer frente a lo que no queremos en nuestra vida.

–¿Es un comportamiento aprendido?

–Muchas veces se siguen los patrones de conducta que se han visto por ejemplo de los padres o abuelos. Pero también puede tener que ver con nuestras experiencias personales como el desamor de un padre, la violencia, crecer entre frases destructoras o viendo cómo existen infidelidades, malos tratos.

–Una rara forma de protegerse

–Claro porque no quiere ver la verdad. Finalmente el daño es peor que el que pasaría si enfrentara lo que le molesta.

“SABEMOS QUE NO FUNCIONARÁ”

A Paula ya la molestaban diciéndole que tendría que hacer una carrera diplomática ya que solo tenía citas con extranjeros. Ella reconoce que si bien era una broma que le hacían con cariño y respeto, detrás de esas palabras había un verdad que ha demorado años en reconocer y es que opta por parejas con las que sabe que no prosperará.

Confiesa que ha salido con españoles, argentinos, ingleses, peruanos e incluso un holandés a quien ni siquiera le entendía. Dice que no se enamoraba pero que sí se involucraba bastante. También reconoce que cada vez que se despedía de alguno en el aeropuerto, sufría.

Era ahí cuando sus amigas ya le hablaban en serio y le hacían entender que siempre optaba por relaciones que no funcionarían.

Una vez, recuerda, estuvo con un extranjero durante casi cuatro meses. Dice que con él sí tuvo sentimientos reales. Incluso se proyectaba ya fuera en Chile o en México donde él vivía. Sin embargo, él fue siempre claro con ella. Se iría del país y hasta ahí llegaba la relación. Y así fue. Paula lloró durante meses.

Prometió que nunca más se metería amorosamente con alguien que no viviera dentro de Chile. En cierta forma lo cumplió, claro que también con limitaciones geográficas. Él era instructor en la Patagonia. Ella vivía en las Condes. Un par de visitas en las que lo pasaron muy bien fue lo único que tuvieron.

La psicóloga Camila Pinto dice que este tipo de relaciones corresponden a personas que buscan relaciones que no prosperarán.

–¿Por qué lo hacen?

–No quieren sufrir y para eso necesitan no involucrarse demasiado. Por lo tanto, eligen relaciones que saben que terminarán pronto.

El tiempo da más experiencias y a medida que pasan crecen las opciones de que nazca el amor.

–¿Qué tipo de relaciones son las más comunes en estos casos?

–Las que tengan que ver con extranjeros que prontamente dejarán el país o bien, tú siendo extranjera en algún lugar del mundo pero teniendo el ticket aéreo de regreso en tu mano. También personas con fama de vivir la vida libremente, que de antemano te dicen que no quiere compromisos. Incluso, buscan personas casadas, pololeando, pero enamoradas de sus parejas.

–¿Se puede perder el miedo?

–Claro pero se necesita analizar lo que está pasando. Hay que reconocer qué nos hace sentir que no merecemos ser felices. Se necesita entender que no todo es sufrir en la vida. Necesitamos conocernos. Es bueno buscar ayuda.

–¿Y cómo podemos partir?

–Lo más importante es entender que tenemos el derecho a ser felices. Que sí merecemos serlo.

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