Mako y Amalia: las princesas que hacen historia

Renuncias al trono, la lucha por amor, igualdad de género y no discriminación, son conceptos que hoy en día circulan fuerte en las principales casas reales. Aquí te contamos los detalles.

Por Juan Pablo Valle Castillo / @Jotapezzzz

27/10/2021

Las realezas alrededor del mundo está experimentando cambios generacionales que dan que hablar. Nuevos aires y rupturas con legendarias tradiciones están por estos días acaparando la prensa internacional.

En Japón, la princesa Mako, abandonó la familia imperial tras contraer matrimonio con Kei Komuro, su pareja desde la universidad quien no pertenece a ninguna forma de realeza, lo que representa la salida de la joven de la tradición japonesa y su renuncia voluntaria al estatus real.

Según las tradiciones y leyes en Japón, aquellas descendientes femeninas, a diferencia de los hombres de la familia imperial, perderán su estatus social si algún día contraen matrimonio con un “plebeyo”, es decir alguien que no posea títulos de nobleza. De hecho, Mako Komuro se ha convertido en la primera mujer en renunciar a una boda real y al típico pago ofrecido a aquellas mujeres que deseen abandonar la realeza.

La pareja ha sido fuertemente hostigada por los medios locales desde sus primeras apariciones públicas en las que se generaron muchas polémicas y dificultades que afectaron principalmente a la ex princesa y que incluso le llegaron a generar un desorden de estrés postraumático ante toda la carga que ostentó sobre sus  hombros por ser parte de la familia real. Llegó un punto en el que se cuestionó hasta qué tan adecuado podría ser Kei para ella.

La boda estaba pensada para el 2018 luego de comprometerse el año anterior, sin embargo,  cuestionamientos, desaprobación por parte de la ciudadanía y denuncias por presuntos problemas financieros de la madre de Kei Komuro atrasaron la ceremonia; tampoco eran millones de dólares, pero por querer formar conflictos y poner en duda la relación,  la prensa y la comunidad japonesa harían lo posible por encontrar hasta el aspecto mínimo más reprochable del novio de la ex princesa.

Mako no es la primera mujer en sufrir las presiones de la vida en la realeza. Su abuela, Michiko, tambien padeció ante cuestionamientos en que la tildaban de no ser adecuada para ser esposa de un emperador y su tía, la emperatriz Masako, fue duramente criticada por no concebir a un hijo varón. Tradiciones que están fervientemente enraizadas en la concepción de realeza por parte de la cultura japonesa, pero que deja entrever prácticas cuestionables, sobre todo en el trato y las expectativas que tienen que sobrellevar las mujeres de la Casa imperial o las críticas no se harán esperar.

Amalia de Holanda

Por otro lado en Holanda, Catalina Amalia de Orange, ha hecho noticia sobre supuestos instalados en el Parlamento de cara a una nueva generación de princesa y los nuevos tiempos. Uno de esos escenarios es la posibilidad que la heredera decidiera casarse con una mujer.

En el primer país en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, la situación propició una confusión en si realmente Catalina podría seguir en el trono y se puso en duda la sobrevivencia de la monarquía ante un eventual casamiento con otra mujer y no poder concebir sucesores, ya que no se reconoce como legítimo a aquellos nacidos por donación de esperma, sin embargo el primer ministro en funciones de Países Bajos anunció durante una sesión en el Congreso lo siguiente:

“El Gobierno cree que el heredero también puede casarse con una persona del mismo sexo y no ve un obstáculo legal permitir el matrimonio de un heredero con una persona del mismo sexo. Por lo tanto, el Gabinete no considera que un heredero al trono o el rey deba abdicar si desea casarse con una pareja del mismo sexo”.

Mako Komuro ahora se prepara para cambiar de vida junto a su pareja en la ciudad de Nueva York donde Kei podrá próximamente ejercer su profesión de abogado. Quien ha sumado adeptos tras aguantar incansablemente a la cobertura mediática seguramente podrá descansar un poco junto a su esposa en la Gran Manzana.

¿Están preparadas las familias reales, desde sus tradiciones históricas y culturales, a los cambios generacionales que han experimentado en los últimos tiempos? Lo que sí sabemos es que la vida en la realeza puede resultar caótica y con una exposición mediática que atenta contra la privacidad y la paz mental; no se les puede culpar a los ex miembros de sus decisiones.

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