Causas y consecuencias del engaño afectivo
Por Francisca Vives K. / @franvivesk
Nos estamos acostumbrando cada vez más a la vida en el mundo virtual, por lo que no nos resulta difícil aceptar que para algunos el adulterio ha dejado de ser solo un acto físico. Con el desarrollo de las comunicaciones móviles, Internet y en condiciones de aislamiento, el adjetivo “emocional” se adhiere cada vez más fácilmente a la definición estándar de trampa para describir una conexión de este tipo, donde la intimidad física reemplaza sentimientos y pensamientos.
La falta de contacto físico no evita que el engaño emocional tenga consecuencias dañinas, especialmente para las mujeres. La revista de la Academia Internacional de Sexología Médica (AISM) ha publicado estadísticas oficiales sobre este tema: los hombres están más molestos por la infidelidad física (sin una conexión emocional), las mujeres, en cambio, sufren por la emocional (incluso si no hay sexo). El 65% de las mujeres heterosexuales en el estudio de AISM encontraron que la infidelidad física era menos dolorosa que la infidelidad emocional.
¿Qué es el engaño emocional?
La definición tradicional de engaño no implica ambigüedad, es una relación sexual del lado en el que uno de los socios (cónyuges) está involucrado. El engaño emocional es una forma de infidelidad basada en la intimidad sin contacto físico.
Por lo general, al ser infiel, las personas se encuentran cara a cara para practicar el sexo. En cambio, en el caso emocional, no es necesario reunirse: puede ver en FaceTime o Zoom, llamar por WhatsApp o Skype. O se encuentran, digamos, en el almuerzo, los fines de semana o en el camino del trabajo (si no trabajan juntos, lo que a menudo sucede en los romances emocionales), y se derraman el alma sin que la intimidad los distraiga. Es por eso que muchos de los que engañan emocionalmente no lo ven como una infidelidad. En su opinión, si no hay contacto físico, tal comportamiento no se considera trampa.
El que está siendo engañado (emocional o físicamente) tarde o temprano sentirá una falta de atención, la mayor parte de la cual va para el que está al lado. Habla con tu pareja tan pronto como adivines que está un poco al margen. Si comienzas a ocultar lo obvio, lo más probable es que tu relación se enfrente a un pronóstico triste. Confía en tu intuición, nunca falla
Si estás en una juerga emocional, ten en cuenta que las trampas tienen una escalada característica. Los eventos se desarrollan gradualmente: al principio sientes tranquilidad con la comunicación, luego comienzas a buscar apoyo moral, gradualmente empiezas a quejarte de los fieles y, como resultado, escondes los temas discutidos con tu “amig@”. Entonces comenzarás a compararlo con tu pareja, notarás las ventajas obvias, pero al mismo tiempo negarás el nivel de intimidad que has logrado con el héroe de tu emotiva novela. Se convertirá en un hábito eliminar letras, borrar mensajes, desactivar notificaciones, simplemente porque contienen información que no está destinada a tu pareja.
Razones de la traición emocional
Las razones de los cambios emocionales son las mismas que las físicas. O te estás perdiendo algo en la relación, o no tienes costumbre de pensar en los sentimientos de tu pareja, o por varias razones has desarrollado un patrón para buscar consuelo cada vez que sientes aburrimiento o estrés. Echemos un vistazo más de cerca a la primera razón, porque las otras dos necesitan un psicólogo o psicoterapeuta profesional.
El deseo de intimidad con otra persona ocurre cuando no sientes seguridad de tu relación actual o sientes soledad, incluso cuando estás con tu pareja. Esto sucede a menudo en parejas en las que uno de los dos no puede abrirse completamente, ser él mismo o no confía en su mitad. Si inicialmente no hubo honestidad y no se ajustó a tus intereses, tarde o temprano comenzará a buscar una salida a las emociones reales. Quizás tu relación esté menguando y le falte amor y comprensión. O cuidado y apoyo. O todo parece ir bien, pero se te olvidó la última vez que lo experimentaste y no simulaste un orgasmo. Sin embargo, sólo tú sabes por qué empezaste a buscar emociones fuera de tu pareja. Siempre hay una razón.