Especial 8M: Las feministas rusas también están en contra de la guerra y de Putin

“El feminismo como fuerza política no puede estar del lado de una guerra de agresión y ocupación militar”.

Por Francisca Vives K. @franvivesk / Fotos: @radfem_italia

Piden utilizar los hashtags #FeministAntiWarResistance y #FeministsAgainstWar y el símbolo de su lucha (el clásico signo femenino con el símbolo de la paz en el círculo). Piden que se difunda su Manifiesto y solicitan el intercambio de información sobre la guerra. Estas son las asociaciones feministas rusas que en estos días se organizan para oponerse a Putin y a la invasión de Ucrania, desafiando a las autoridades de un país donde ser feminista se considera un “pecado mortal”. “Como ciudadanas y feministas rusas, condenamos esta guerra”, escribieron en su llamado contra la invasión. “El feminismo como fuerza política no puede estar del lado de una guerra de agresión y ocupación militar”.

La pintora y activista rusa Elena Osipova, de 78 años fue detenida por oponerse con su arte en la calle pa la guerra en Ucrania

“La guerra significa violencia, pobreza, desplazamientos forzados, vidas rotas, inseguridad y falta de futuro. Es irreconciliable con los valores y objetivos esenciales del movimiento feminista. La guerra agrava la desigualdad de género y hace retroceder muchos años las conquistas de los derechos humanos. La guerra trae consigo no sólo la violencia de las bombas y las balas, sino también la violencia sexual: como muestra la historia, durante la guerra, el riesgo de ser violada aumenta varias veces para cualquier mujer. Por estas y otras muchas razones, las feministas rusas y quienes comparten los valores feministas deben adoptar una postura firme contra esta guerra desatada por los dirigentes de nuestro país.”

Como informa The Post, la historia del feminismo en Rusia está llena de contradicciones. Por un lado, las mujeres rusas lograron algunos objetivos muy tempranos como el derecho al voto en 1917, el derecho al aborto en 1920 (posteriormente abolido entre 1936 y 1955) y la igualdad de género a nivel constitucional en 1936. Por otro lado, la sociedad rusa siempre ha mantenido un carácter fuertemente patriarcal consolidado por el régimen de Putin, que ha hecho del machismo su sello estilístico. El presidente ruso se ha mostrado abiertamente en contra de la comunidad LGBT+ y de los derechos de las mujeres. Ha aprobado leyes homófobas como la que prohíbe la “propaganda gay” y antifeministas al despenalizar la violencia doméstica en 2017, intentar restringir el aborto y apoyar a grupos ultraconservadores.

Según el Manifiesto, el feminismo en el país es ahora uno de los pocos movimientos de oposición que no ha sido destruido por las olas de persecución lanzadas por el gobierno de Vladimir Putin. “Hoy las feministas son una de las pocas fuerzas políticas activas en Rusia”, reza el llamado. “Durante mucho tiempo las autoridades rusas no nos percibieron como un movimiento político peligroso, y por ello nos vimos temporalmente menos afectadas por la represión estatal que otros grupos políticos. Actualmente, más de cuarenta y cinco organizaciones feministas diferentes operan en todo el país, desde Kaliningrado hasta Vladivostok, desde Rostov del Don hasta Ulan-Ude y Murmansk”.

Las feministas rusas piden apoyo y acción ante una guerra desmedida que se libra bajo la bandera de los “valores tradicionales” rusos, que según ellas incluyen la desigualdad de género, la explotación y la represión sistemática de todos aquellos que no se someten a las estrechas normas patriarcales. “Hacemos un llamamiento a los grupos feministas rusos y a las feministas individuales para que se unan a la Resistencia Feminista contra la Guerra”, escriben. También hacemos un llamado a las feministas de todo el mundo para “que se unan a nuestra resistencia. Somos muchas y juntas podemos hacer mucho: en los últimos diez años, el movimiento feminista ha adquirido un enorme poder mediático y cultural. Es hora de convertirlo en poder político. Somos la oposición a la guerra, al patriarcado, al autoritarismo y al militarismo. Somos el futuro que prevalecerá”.

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