Haciendo alarde de un enfoque audaz que desdibuja las fronteras entre el maquillaje y la joyería, Herrera Beauty redefine los estándares de la belleza moderna.
Por Francisca Vives K. / @franvivesk / @troyrevista
En un parpadeo de tiempo que abarca apenas cuatro años, Herrera Beauty irrumpió en el escenario de la industria de la belleza, y hoy, se alza como un favorito entre los conocedores y los expertos del mundo de los encantos estéticos. Con una fusión perfecta entre el maquillaje y la joyería, sus productos no son meros cosméticos, sino prendas listas para usar, diseñadas con un toque de genialidad. Lo asombroso es que cada producto puede ser personalizado para reflejar la individualidad de cada persona.
Sin embargo, la influencia de esta marca va más allá. Dirigida por la incomparable Carolina A. Herrera, su esencia se distingue por la inclusión de fórmulas vanguardistas, acabados ligeros y la paleta más enérgica que se pueda imaginar (cómo no mencionar su icónico rojo, el Carolina N° 310).
En este escenario deslumbrante emerge su última creación, la barra de labios Good Girl Maxi Glaze, que captura a la perfección el espíritu de la marca. Diseñada para brindar un brillo y una hidratación deslumbrantes, esta joya cosmética está enriquecida con el exclusivo complejo Good Girl Complex. Más allá de su inmediato impacto en los labios, esta fórmula se convierte en un aliado en el tiempo, mejorando su apariencia con el uso continuo durante un mes. Esta barra de labios es un auténtico héroe de tocador, uniéndose al escenario junto a los polvos Fabulous Skin, la máscara de pestañas Smudgeproof Fabulous Eyes y las sombras Chic Mono Eyeshadow.
