Inspirada en la primera creación de Gabrielle Chanel y reimaginada por el Estudio de Alta Joyería, la colección “Plume de Chanel” despliega con elegancia el poder transformador de una pluma convertida en arte.
Por Francisca Vives K.
Ligera, etérea, libre. Así es la nueva colección Plume de Chanel, una oda a la audacia y sensibilidad que definieron a Gabrielle Chanel desde sus inicios en 1910, cuando presentó a la prensa un sombrero adornado con una majestuosa pluma blanca. Esta silueta, símbolo de ligereza y libertad, fue rescatada en 1932 en su histórica colección Bijoux de Diamants, donde la pluma se transformó en un broche flexible y articulado, acompañado de otros motivos icónicos como la estrella, el sol y el lazo.
Hoy, casi un siglo después, el director del Estudio de Alta Joyería de CHANEL, Patrice Leguéreau, vuelve a rendir homenaje a este motivo con una colección que desafía las leyes de la joyería tradicional. Plume de Chanel 2024 reúne seis conjuntos de piezas que emulan el vuelo de una pluma en una brisa suave: ligeras, ondulantes y con un movimiento casi invisible, pero lleno de intención.
Cada joya —desde un anillo abierto hasta un collar transformable— ha sido diseñada para abrazar las curvas del cuerpo con naturalidad. La estética de la pluma se reinventa con un raquis central que se desvanece y púas dispuestas con aparente espontaneidad, creando una ilusión de ingravidez. Gracias al innovador emmaillement esférico, la base permanece fija mientras la punta vibra sutilmente, como suspendida en el aire.
La selección de piedras preciosas refuerza esta estética poética: diamantes que capturan la luz como cristales de rocío, zafiros y turmalinas en delicados tonos rosa que evocan la feminidad suave y poderosa que Chanel siempre celebró. Desde los rosas más sutiles hasta los más intensos, cada piedra ha sido escogida con precisión para aportar profundidad y brillo sin renunciar a la ligereza.
Destacan piezas como el collar Plume Couture de Chanel, donde una doble hilera de diamantes envuelve una pluma sutilmente engastada y rematada con un zafiro rosa vibrante, o el anillo Plume Mademoiselle de Chanel, una composición de diamantes de talla fantasía que bailan junto a un diamante rosa pera en un diseño “toi et moi” cargado de significado.
Más que una colección de Alta Joyería, Plume de Chanel es una declaración de principios: el lujo no tiene por qué ser rígido ni ostentoso. Puede ser flexible, adaptable, íntimo. Puede —y debe— acompañar a la mujer en movimiento, como lo soñó Mademoiselle Chanel. Porque, como ella misma dijo: “Mis joyas nunca se desvinculan de la idea de la mujer y su vestido”. Hoy, esa idea vuela alto.
