LA REINA MÁS LONGEVA ESTÁ DE CUMPLEAÑOS

95 años cumple Isabel II, monarca de 16 estados independientes, la más importante figura política de 54 países que conforman la Mancomunidad de Naciones y, además, es la cabeza de la iglesia anglicana. En medio de la pandemia, a solo días de haber perdido a su marido, la figura más popular del Reino Unido, recibe una nueva vuelta al sol más sola que nunca.

Por Bernardita Cruz B. / @bernicruzmr

21/04/2021

“Lilibeth” le decían cuando niña, cuando ya se caracterizaba como una persona con sus ideas claras y de fuerte personalidad. Cuando Wiston Churchill la conoció ella tenía solo dos años y aún así la describió como “un personaje”.

Elizabeth Alexandra Mary, nació en Londres un 21 de abril de 1926, convirtiéndose en la hija mayor de Isabel Bowes-Lyon y del príncipe Alberto, duque de York, hermano del herededo a la corona británica. Todo cambió, eso sí, cuando su tío asciende al trono y decide abdicar para vivir su amor con la estadounidense dos veces divorciada, Wallis Simpson. En 1936, se transformó en la primera en la línea de sucesión a la corona después de que su padre ascendiera a monarca: el rey Jorge VI.

Criada en su casa, vivía junto a su hermana Margarita y a un padres que solían realizar extensos viajes. Claro que ella gozaba de grandes privilegios. Por ejemplo, protagonizó la primera llamada de larga distancia trasatlántica.

Con el transcurso de los años debió comenzar a recibir una preparación adecuada para asumir la tarea de encabezar todo un reino. Su primera prueba, fue cuando en plena Segunda Guerra Mundial tomó sus funciones e integró el cuerpo femenino de Ejército.

Siete años después de terminado el conflicto bélico, muere Jorge VI justo cuadno Isabel se encontraba de viaje en África junto a su marido, Felipe, quien fue el encargado de darle la noticia. Así, Isabel se convertía en la cabeza de una nación, un reino y una iglesia.

Tras un año de preparación, la nueva reina posaba la corona sobre su cabeza jurando servir al Reino Unido hasta su último día. Era un 2 de junio de 1953 y la ceremonia en la Abadía de Westminster era transmitida por televisión. Más de 120 millones de personas fueron testigos de su promesa a través de la pantalla. Palabras que la acompañan hasta hoy. Porque, a pesar de lidiar en un mundo mayormente protagonizado por hombres, de sufrir en carne propia escándalos, no ha dejado sus labores. De eso ya han pasado 68 años, convirtiéndose en la monarca con más tiempo a la cabeza de un trono.

UNA HISTORIA DE AMOR

El pasado 9 de abril, el mundo se enteraba de la muerte de Felipe, de 99 años, príncipe consorte, duque de Edimburgo, barón de Greenwich y conde de Merioneth. Había sido durante 73 años el marido de la reina, se dice que su gran soporte. El hombre que siempre caminó tres pasos detrás de ella.

La pareja se conoció en la Universidad Naval Real Británica en Dartmouth en 1939. Ella tenía solo 13 años y él, 18. En plena visita oficial de los reyes y en medio de un brote de sarampión, Felipe fue designado a cuidar a las entonces princesas Isabel y Margarita.

Con los años, él siguió activamente en la Guardia Real y cada cierto tiempo se mandaba cartas con quien se convertiría en reina. En 1946 Felipe regresó al Reino Unido con firmes intenciones de contraer matrimonio. Un año después dijeron “Sí, quiero” en la abadía de Westminster un 20 de noviembre de 1947 ante dos mil invitados.

Cinco años después Isabel llegaba al trono, claro que antes debieron enfrentar lo que era un gran tema para la época. Cuando ella iba a ser entronizada, surgió la idea de un cambio de nombre en la casa de Windsor a Mountbatten. Fue tanta la insistencia de Churchill para que eso no pasara que finalmente en 1960 la monarca da la orden de que su descendencia masculina, que no tuviera el título de alteza o de príncipe, llevara como apellidos Mountbatten-Windsor.  

La pareja tuvo cuatro hijos, criados entre las labores reales de Isabel y los constantes viajes de Felipe. La pareja pasaba largas temporadas separada y según la mayoría de los biógrafos de los Windsor, es precisamente en el extranjero donde el duque solía conquistar a alguna mujer.

A pesar de los rumores de infidelidades, la reina y su príncipe consorte mantuvieron la imagen de un matrimonio unido aunque puertas adentro, vivieron algo muy distinto.

Sus hijos Carlos, Ana, Andrés y Eduardo, les dieron ocho nietos y 10 bisnietos.

ESCÁNDALOS REALES

No hubo hijo que no le diera más de un dolor de cabeza a Isabel II, algo que también hicieron algunos de sus nietos.

Claro que los primeros problemas, que eran el comidillo perfecto de la prensa sensacionalistas, comenzaron décadas antes, cuando su hermana Margarita tuvo un romance secreto con Peter Townsend, un hombre divorciado, mayor que ella y que, además, trabajaba como director adjunto de la Casa Real luego de ser oficial de la Fuerza Aérea británica. Estaban enamorados y querían casarse. Pero fue la propia reina quien lo prohibió. Para ella, los Windsor no podría verse involucrados en escándalos. La hermana menor, cayó en depresión, vicios y una vida cargada de malas decisiones y solitaria.

Otra mujer que se volvió en toda una pesadilla para Isabel fue Diana Spencer, una aristócrata de apenas 19 años cuando se vio envuelta en la familia real tras conocer y comprometerse con Carlos, príncipe de Gales, y heredero al trono británico. El encanto de quien se convertiría en Lady Di, creció como bola de nieve hasta ser una verdadera sombra para la monarca. De hecho, hoy sigue siendo un icono.

Pero eso no fue todo, porque tras la separación de la pareja, Diana ofreció en 1995 una entrevista donde, entre otras cosas, habló de presiones al interior de Buckingham, de anorexia, bulimia y, de cómo su matrimonio era integrado por tres personas: ella, Carlos y su amante, Camilla Parker–Bowls.

Otra de sus nueras que también la hizo pasar más de algún aprieto fue Sarah Ferguson, casada con Andrés, duque de York. De personalidad avasalladora no conocía de los recatos esperados por la realeza.

Él se ha visto involucrado en delitos, como las acusaciones de abusos sexuales que forman parte del caso Epstein.

Se dice que Harry, el menor de los hijos de Diana y Carlos, es su nieto favorito. Los biógrafos aseguran que la reina se ha visto muy contrariada con la decisión del duque de Sussex y su mujer Meghan Markle, de renunciar a la familia real.

Pero sin duda, la entrevista que le dio la pareja a la animadora estadounidense Oprah Winfrey fue lo que marcaría un antes y un después en los Windsor. En la exclusiva inédita dada por los duques aseguraron entre otras cosas, que fueron víctimas de maltratos y racismo.

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