JANIS JOPLIN, EL PRIMER GRAN ICONO FEMINISTA QUE CELEBRÓ EL 8M

Janis Joplin era de esas mujeres power de los 60 que no se achicaba con nada, ni con nadie. El 8 de marzo de 1968 conquistó una espacio que, hasta entonces, estaba reservado casi exclusivamente para hombres.

Por Francisca Vives K / @franvivesk

8/3/2021

Las protestas de mujeres desnudas suelen estar rodeadas de controversia. Parece incluso que la sociedad acepta mejor el uso del cuerpo como mera mercancía sexual que como medio de protesta. Eso sucede hoy y era aún más evidente en los 60. Pero Janis ni siquiera tenía que dar explicaciones.

Previo a una actuación que la cantante tenía en Londres en 1969, un periodista le preguntó qué opinaban en su ciudad natal, Texas sobre su trabajo dedicado a la música blues. Ella respondió: “Pensaron que estaba loca. No les cayó nada bien porque, verás, ya sabes cómo son en las ciudades pequeñas. Te casas y al terminar el instituto, tienes muchos hijos y te callas, ¿verdad? Yo no hice nada de eso. Aún no lo han entendido”.

La experiencia de Janis Joplin en Porth Arthur, un infecto polo industrial en el sur de Texas, al lado de los pantanos de Lousiana, no fue nada buena, y apenas pudo se largó. Su primer acercamiento con la música fue en el coro del colegio, pero la expulsaron. Luego en el instituto fue víctima de bullying: la llamaban la nigger lover (amante de los negros) y la acosaban por su look antisistema y descuidado.

Nada mejoró en la universidad, en Austin. Las fraternidades de las universidades norteamericanas pueden ser muy odiosas cuando se lo proponen y en aquellos años, sin denuncias por redes sociales, era aún peor. La de la universidad de Bellas Artes, en la que estaba Janis, tenía la costumbre de escoger cada año al chico más feo del campus. Ese año hubo una excepción y la persona elegida fue Janis Joplin. Cansada de las humillaciones se marchó a San Francisco. Por primera vez sentía que pertenecía a un lugar.

ICONO DE LA CONTRACULTURA

Era 1963 y su vida daba un giro sorprendente, por fin podía desarrollar sus inquietudes intelectuales y artísticas en plenitud. Allí se enamoró, de hombres y mujeres, se enganchó a la heroína y vivió en primera persona todo lo que floreció entre las calles Haight y Ashbury. La gente comenzó a alucinar con su forma de cantar: no era sólo que su voz parecía negra, sino que también estaba su forma de interpretar, el desgarro con el que contaba las cosas.

Viviendo la vida que quería y no la que la sociedad le imponía, Janis Joplin empezó a convertirse en una referente del mundo feminista y no porque estuviera de activista, ni exigiendo la igualdad de géneros, sino porque su manera independiente y autónoma de llevar la vida, la sexualidad, la vestimenta, la educación y las pasiones, puso a temblar el tradicional concepto de mujer que se tenía para ese momento.

Sin embargo, fue en 1967 cuando terminó de consagrarse como un ícono del feminismo y un símbolo de la contracultura. En junio de ese año Janis Joplin llegó al mítico festival de Monterey consagrada como la musa del movimiento hippie. Rodeada de nombres como Jimi Hendrix, The Who y Otis Redding, Joplin no solo fue la única artista femenina del cartel, sino que además, fue allí que la prensa y los millones que seguían al movimiento hippie se fijaron en ella y en su genuina rebeldía.

Ese mismo año el artista gráfico y fotógrafo estadounidense, Bob Seidemann, conocido por la creación de varias portadas de discos y retratos de músicos, le hizo a Janis Joplin una foto que quedó en los registros de la historia: La famosa imagen de Janis desnuda. Llevaban varios rollos haciendo las típicas fotos cuando la cantante le dijo a Bob Seidemann: “Mira, hijo de puta, quiero quitarme esta ropa de mierda. Y que me sigas fotografiando”. Janis entonces se desnudó, se dejó un collar puesto y Seidemman apretó el gatillo. El resultado gustó tanto a Janis que colgó la fotografía de gran formato en el dormitorio de su casa en Haight-Ashbury.

FERVOR FEMINISTA

Convertida ya en un auténtico mito femenino, y antes de consagrarse aún más con su actuación en el festival de Woodstock, en 1968 volvió a hacer historia. El 8 de marzo de ese año, Janis Joplin fue elegida por el magnate Bill Graham para inaugurar el Fillmore East en Nueva York, una de las salas de conciertos más emblemáticas de la ciudad. Mucho antes de que la ONU marcara esa fecha como el necesario Día de la Mujer, Janis Joplin se presentó en la Costa Este en un escenario donde luego subirían Jimi Hendrix, The Doors o Pink Floyd. Y, como no podía ser de otra manera, el cartel del concierto llevaba la icónica fotografía de Seidemann.

Terminado el concierto en el Fillmore East, Janis Joplin se alojó en el famoso Chelsea Hotel de Nueva York. Tenía que grabar Cheap Thrills, su segundo álbum con su banda Big Brother and the Holding Company. Una noche se topó con Leonard Cohen. Ella buscaba a Kris Kristofferson; él, a Brigitte Bardot. “Pero caímos en los brazos del otro como por una especie de proceso de eliminación”, dijo años más tarde Leonard Cohen. No fue el único músico con el que Janis compartió sábanas y ruidosos camerinos de festivales. Jim Morrison, Jimi Hendrix y Kris Kristofferson aparecen en la vida amorosa de la cantante. Entre las mujeres, su pareja más leal fue Peggy Caserta, a quien separó una afición en común: la heroína.

la maldición de los 27

El 5 de octubre de 1970 llegó un telegrama a la recepción del Landmark Motor Hotel de Hollywood. En el remitente decía “David Niehaus” y en el mensaje se podía leer: “Te echo mucho de menos. Las cosas no son iguales cuando estás solo. Me podría reunir contigo en Katmandú cuando quisieras, pero a finales de octubre es la mejor temporada. Te quiero, nena. Más de lo que tú sabes”. Su destinataria en la habitación 105 nunca llegó a leerlo. Janis había muerto un día antes, sola en la habitación. Una sobredosis de heroína se la llevó justo cuando iba a lanzar su disco más ambicioso, Pearl. No llegó a verlo en las tiendas, se publicó de forma póstuma tres meses después. Fue su álbum más vendido. Solo 16 días antes había fallecido Jimi Hendrix. Los dos tenían 27 años.

clear
TOP