Te contamos quién es Jill Biden, la nueva Primera Dama de Estados Unidos. Las palabras que le dijo a su marido en una cita a ciegas, las tragedias que como familia han debido afrontar y qué pueden esperar los norteamericanos de la nueva ocupante de la Casa Blanca.
Por Francisca Vives K. / @franvivesk
Fue intenso y agotador. Pero tras varios días de contar y recontar votos por fin no hay duda, más allá que algunos no quieren ver la claridad. Con un resultado irremontable en Pensilvania, su estado natal, el demócrata de 72 años Joseph Robinette Biden Jr., más conocido como Joe Biden, se transformó este sábado en el presidente electo de Estados Unidos. Su esposa Jill Biden es, por tanto, la primera dama del país.
La profesora de 69 años que da clases de inglés en la universidad comunitaria de Virginia –actualmente en pausa por la campaña que hizo junto a su marido–, tiene un doctorado y dos másteres en Educación. Y ya conoce de sobra lo que es el trabajo de primera dama de Estados Unidos, pues fue segunda dama durante la presidencia de Barack Obama, donde aprendió de cerca cómo funcionan los misterios políticos en Washington. Muy amiga de Michelle Obama, siguió ejerciendo como profesora de inglés, negándose a interrumpir su carrera para figurar en cada viaje de su marido. Fue así la primera segunda dama con un trabajo remunerado e independiente.
Nació el 3 de junio de 1951 en Hammonton, Nueva Jersey, pero la mayor parte de su infancia la pasó en Willow Grove, Pensilvania. Donald, su padre, trabajó como cajero en un banco, y su madre Bonny se dedicó completamente a las tareas de la casa y a cuidar de las cinco hijas de la familia. Jill es la mayor de las hermanas. Después de graduarse del colegio realizó algunos cursos de marketing de moda, pero finalmente decidió estudiar y especializarse en inglés en la Universidad de Delaware. Allí conoció a Bill Stevenson, su primer marido, con quien estuvo casada durante cinco años. Luego hizo un máster en Educación en la Universidad West Chester de Pensilvania, y se ha desempeñado como profesora de Inglés en el campus de Stanton / Wilmington de Delaware Technical & Community College y en el programa para adolescentes del hospital psiquiátrico Rockford Center. En 2007, cuando tenía 56 años y era segunda primera dama, se doctoró con una tesis sobre cómo disminuir el abandono escolar y retener a los estudiantes en las aulas.
Jill y Joe en conocieron en 1975. Tres años antes, en 1972, Joe había perdido en un fatal accidente automovilístico a su esposa Neilia y a su hija Naomi, de tan solo un año de edad. En el auto también iban sus hijos Beau y Hunter, quienes sobrevivieron pero quedaron gravemente heridos. En aquella época Joe, ya era senador por Delaware, pero tras el accidente decidió dejar todo y dedicarse a sus hijos. Sin embargo varios de sus colegas le incitaron a rehacerse y seguir trabajando por los demás. Así lo hizo.
la cita a ciegas donde conoció a Joe
En sus memorias The Light Enters: Building a Family, Discovering Myself (2019), Jill cuenta que era 1975 cuando su teléfono sonó un sábado cualquiera. Era Joe Biden, senador por Delawere desde 1972. ”¿Cómo has conseguido este número?”, le preguntó la estudiante de 24 años. Posiblemente se lo había dado el hermano de Joe Biden, que previamente los había presentado. Cuentan que él se enamoró de ella cuando vio su rostro en una publicidad, cuando ella hizo un par de trabajos en ese campo.
De aquella primera cita Jill recuerda: “Fuimos a ver A man and a woman al cine en Filadelfia y lo pasamos muy bien. Cuando llegamos a casa, me dio las buenas noches, subí las escaleras, llamé a mi madre a la una de la madrugada y le dije ‘mamá, he conocido a un caballero'”.
Se casaron en 1977, aunque el “sí, quiero” de Jill no fue fácil de conseguir para Joe Biden. La pareja ha contado en varias oportunidades que éste le propuso matrimonio cinco veces. Ella lo rechazaba porque le daba miedo convertirse de pronto en madre de dos niños. Jill tenía en ese entonces 26 años.
La ceremonia fue católica y se desarrolló en la capilla de la sede de Naciones Unidas. Jill aceptó y crió como suyos a los dos hijos de Biden, Hunter y Beau, y cuatro años después fueron padres de su única hija, Ashley Biden, nacida el 8 de junio de 1981.
Relata Joe Biden en sus memorias, Promises to Keep, que “ella me devolvió la vida. Me hizo empezar a pensar que mi familia podría volver a estar completa”. Pero años después, en 2015, la tragedia los sacudió nuevamente. El hijo mayor Beau murió de un raro cáncer cerebral. En una entrevista en el diario USA Today Jill confesó: “Mi vida cambió en un instante. Durante su enfermedad realmente creí que iba a vivir, hasta el momento en que cerró los ojos, nunca perdí la esperanza”.
Vuelven los perros a la Casa Blanca
Con la victoria electoral de Biden, habrá dos nuevos inquilinos perrunos en la Casa Blanca. Champ y Major, son las mascotas de la familia Biden, perros que Jill muestra constantemente en su cuenta de Instagram. De hecho, la inauguró en abril de 2019 con una foto de los tres.
Su perfil está lleno de imágenes de su pasado y fotos personales, incluida una de ella subida a su bicicleta estática, pues ha comentado que antes se mantenía en forma corriendo, ahora lo hace pedaleando.
lo opuesto a melania trump
¿Qué pueden esperar los norteamericanos de Jill como su primera dama? Pues mucho. Comenzando por su cercanía, lo opuesto a la fría Melania. Y es que su perfil es completamente distinto al de la actual primera dama. De varias maneras, Jill simboliza a la mujer de clase media norteamericana, aquella que ha trabajado toda la vida fuera de casa al mismo tiempo que cuida de su familia. En la época que ejerció como segunda dama del país, no dejó nunca de trabajar en su carrera, pero a la vez fue tremendamente activa en su rol junto a la entonces primera dama Michelle Obama. En 2011, ambas fundaron Joining Forces, una misión para apoyar a las familias de los soldados norteamericanos heridos en combate, que se espera relancé ahora como nueva inquilina de la Casa Blanca. También, muy ligado a su rol de educadora, fundó la Biden Breast Health Initiative que trabaja para concienciar a chicas que están en el colegio sobre la importancia del diagnóstico precoz en el cáncer de mama.
Jill Biden, en el primer debate electoral, con un vestido de Gabriela Hearst que llevó por primera vez hace tres años. 
En ocasiones hace concesiones al lujo, como este vestido floral de Dolce&Gabbana. La imagen es de este 2020, en Florida.
Si quieres conocer más de Jill Biden, te recomendamos su biografía, lanzada el año pasado, Where The Light Enters, en la que se descubren otras muchas facetas de su personalidad.
