Dismorfia, una percepción alterada de la realidad

Claramente hay personas que viven constantemente preocupadas de su apariencia, el problema está cuando se transforma en una obsesión por defectos mínimos o inexistentes que el resto no es capaz de percibir. En este caso se habla de un trastorno psiquiátrico llamado dismorfia, que afecta al 1,5% de la población y si no se trata puede generar graves consecuencias.

Por María Catalina Maturana

22/10/2020

Kim Kardashian, Miley Cyrus, Uma Thurman, Natalie Imbruglia y Robert Pattinson son algunas celebridades que han reconocido haber sufrido de dismorfia. Este trastorno hace que una persona vea una parte de su cuerpo de manera totalmente distinta a cómo es en realidad, teniendo una visión completamente alterada.

El cirujano plástico Esteban Torres, explica que esta enfermedad psiquiátrica se produce por una preocupación excesiva y exagerada de la imagen, pudiendo manifestar síntomas de ansiedad, depresión e incluso, hay algunos que pueden llegar a aislarse socialmente para que los otros no perciban el supuesto “defecto”.

Esta excesiva preocupación puede llevar a comportamientos repetitivos, como mirarse constantemente en el espejo o, por el contrario, evitar mirarse y a que les saquen fotografías. Por otro lado, las personas que sufren de este trastorno, además de estar gran parte del día pensando en el “problema”, pueden estar horas tratando de buscar formas y tratamientos para ocultarlo.

Esteban Torres explica que varios de los que presentan dismorfia recurren a cirujanos plásticos. “Las operaciones agravan esta patología porque nunca van a quedan conformes o satisfechos con los resultados y van a tratar de seguir arreglando un defecto mínimo o que no existe. Uno de los casos más emblemáticos de dismorfia corporal es el de Michel Jackson, que se sometió a intervenciones quirúrgicas radicales y reiteradas”, explica el profesional.

Una inquietud incontrolable

Este trastorno psiquiátrico puede surgir por múltiples causas, principalmente por la baja autoestima, necesidad de aprobación, presiones sociales, bullying, perfeccionismo y el miedo al rechazo. En la mayoría de los casos se comienza a manifestar en la adolescencia y se hace más evidente en los adultos jóvenes.

Se han presentado casos de personas con dismorfia que como consecuencia acaban desencadenando otras patologías mentales, como una depresión severa y en los peores casos se puede llegar al suicidio. Por esto, es fundamental buscar ayuda de un profesional. Es una enfermedad que si se trata tiene un buen pronóstico, con el apoyo de psicoterapia y medicamentos.  

El cirujano Esteban Torres, cuenta que es muy difícil que una persona con dismorfia se dé cuenta de su enfermedad y busque ayuda por sí solo. Por eso es fundamental estar atentos al comportamiento de los hijos o de conocidos que demuestren una exagerada y obsesiva preocupación de la imagen.

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