5 formas efectivas de apoyar el sistema inmunológico

Una lista actualizada para tener un sistema inmunológico fuerte y sano.

Por Francisca Vives K. / @franvivesk

Presta atención a tu dieta

Nuestros intestinos tienen un sistema inmunitario propio, que representa el 70-80% del sistema inmunitario de todo el cuerpo. Numerosos estudios han demostrado que cuanto más sano sea tu microbioma intestinal y tu digestión, mejor será tu inmunidad. “Una mala alimentación suele ser la causa de la inflamación, reduce la inmunidad”, afirma la naturópata y nutricionista británica Rosemary Ferguson. Afortunadamente, incluso los pequeños cambios positivos pueden suponer una gran diferencia en cómo te sientes. “Antes pensábamos que se necesitaban meses para mejorar tu microbioma, pero ahora sabemos que si cambias tu dieta, notarás los resultados en pocos días”, dice Ferguson. Sugiere añadir al menú diario betarraga, alcachofa y rábano para limpiar el hígado; ajo y cebolla para estimular el crecimiento de las bacterias buenas; y porotos, garbanzos y lentejas para ayudar a cultivar las bifidobacterias en el intestino grueso. Ferguson también recomienda tomar el aminoácido L-glutamina para la salud intestinal y tomar prebióticos.

Añadir vitaminas

Todos sabemos que la vitamina C es buena para el sistema inmunitario. Pero lo que poca gente sabe es que cuando se combina con otras vitaminas y minerales, tiene un efecto mucho más potente. Por sí sola, la vitamina C ayuda a proteger contra las infecciones, pero cuando se combina con el zinc, estimula la producción de nuevas células inmunitarias. Añade a tu dieta el hierro de la carne, el pescado y las legumbres, y tus células inmunitarias estarán aún más sanas. Y con una dosis extra de vitamina A (que se encuentra en los huevos, las zanahorias y el camote) puedes apoyar a las células T que resisten a los virus y las bacterias.

Estimular la circulación

“El sistema linfático elimina las toxinas y combate las infecciones”, dice Ferguson. -Pero, a diferencia del sistema circulatorio, no puede fluir por sí solo: necesita movimiento”. Si te quedas echad@ en el sofá viendo Netflix todo el día, tu linfa se mueve muy poco, lo que significa que tu cuerpo no es capaz de eliminar las toxinas dañinas. Ferguson recomienda movimientos suaves, como el yoga o el pilates, para estimular el movimiento de la linfa. También pueden ayudar las técnicas de respiración profunda, el masaje con cepillo seco o el masaje de exfoliación con guasha. Hazlo parte de tu rutina nocturna. “Calienta un poco de aceite entre las palmas de las manos y masajea la piel. Presta especial atención al pecho, el cuello y la parte superior de la espalda”, dice la especialista.

Vigila tus niveles de magnesio

El magnesio puede relajar los músculos, reducir el estrés y mejorar el sueño. No sólo es eficaz en forma de suplemento; por ejemplo, los baños con sal de Epsom/magnesio son eficaces para aliviar los calambres, calmar y reponer la carencia del mineral en el organismo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el 80 por ciento de las personas tienen una deficiencia de magnesio. El estrés, la cafeína, el azúcar y el alcohol reducen considerablemente el nivel de este mineral en el organismo. Tiene sentido hacerse pruebas para compensar cualquier deficiencia. Los dietistas aconsejan añadir a la dieta arroz integral, almendras (un puñado al día es suficiente) y hojas de betarraga.

Practicar la atención plena

La meditación es mucho más que una simple relajación, puede mejorar nuestra salud y se ha demostrado científicamente que es extremadamente beneficiosa para el sistema inmunitario. Las investigaciones han demostrado que la meditación se conecta con los genes relacionados con el estrés, la inflamación y la cicatrización de heridas, que son clave para la inmunidad. Para dominar la meditación, da los primeros pasos bajo la guía de un entrenador experto o prueba aplicaciones como Headspace, Calm o Waking Up 

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