Todo lo que debe saber sobre la fibromialgia

La fibromialgia no es sólo un dolorcito pasajero. Es un padecimiento muchas veces incomprendido y crónico. En el día mundial de la fibromialgia, hoy 12 de mayo, te damos algunas claves de cómo enfrentarlo, así como los últimos descubrimientos para tratarlo.

Por Francisca Vives K. / @franvivesk

“Duermo bien… pero amanezco mal”, “siempre me duele todo”, “se me duermen las manos y las piernas”. Son algunas de las frases más habituales entre los pacientes que tienen el síndrome conocido como “fibromialgia”. Le ocurrió a una Magdalena Henríquez, de 48 años: “Me dolía la espalda, el cuello, los brazos. Estaba totalmente contracturada, me costaba levantarme en las mañanas, incluso se me hacía difícil hablar por teléfono cuando se me dormían las extremidades. Me llegó a doler la cara; no una muela, sino la cara entera”.

Aunque no está definida como una enfermedad propiamente tal, pues no posee características patológicas ni un agente causal determinado ni puede ser demostrada a través de exámenes de laboratorio, la fibromialgia es un padecimiento real e indesmentible pero a menudo incomprendido, que daña seriamente la calidad de vida. Afecta a siete mujeres por cada hombre y provoca frecuentes conflictos familiares.

“Te ven como una mujer neurótica que se queja todo el día. Nadie te cree. Te dicen que es estrés y pareces loca porque te vas de vacaciones y te sigue doliendo. Yo pasé por una infinidad de especialistas que me llenaron de ansiolíticos y antiinflamatorios”, explica Magdalena quien sólo cinco años después recibió un diagnóstico acertado y pudo comenzar a tratarse.

Se ha descubierto que a pesar de no tener características definidas, la fibromialgia es un disturbio en el procesamiento del dolor. Al observar el cerebro del paciente con fibromialgia en estudios funcionales complejos –como resonancias magnéticas funcionales, que sólo se usan para estudios clínicos y no de diagnóstico- se aprecia que los centros del dolor están activados.

¿Cómo se caracteriza?

El síndrome se caracteriza por la presencia de dolor en 18 puntos específicos del cuerpo, entre ellos, la base del cuello, el codo y la parte medial de las rodillas. Si hay dolor en 11 puntos en forma persistente y difusa por al menos tres meses y a esto se suma una fatiga permanente y, ocasionalmente, síntomas neurológicos o cognitivos, como olvidos frecuentes y disminución de la capacidad para concentrarse, sensación de hormigueo y cambios de color en la piel, estamos frente a lo que se conoce como una fibromialgia. En ese caso se recomienda consultar a un reumatólogo para descartar enfermedades como la artritis y otro tipo de patologías reumatológicas, o hiper e hipotiroidismo.

“El tratamiento debe ser individualizado, algunos pacientes sienten alivio con la sola explicación de que en ningún caso se trata de una enfermedad grave, progresiva ni invalidante. Otros, requieren el manejo de un equipo multidisciplinario que ayude a desarrollar un tratamiento individualizado”, explican los especialistas.

No existen remedios mágicos y que, según la persona que sufre fibromialgia, se pueden prescribir analgésicos simples, como el paracetamol, o relajantes musculares.

Los corticoides y los antiinflamatorios no esteroidales no sirven para aliviar la fibromialgia, puesto que no es una patología inflamatoria, en algunos casos es posible también prescribir algunos anticonvulsivantes que actúan como analgésicos más fuertes o de acción central. Estos comenzaron a utilizarse hace algunos años, con un resultado positivo para el 60 ó 65% de los pacientes. En algunos casos se requiere ayuda psicológica o psiquiátrica, y a menudo el paciente debe tomar antidepresivos, que se usan principalmente por su efecto sobre el umbral del dolor y no se prescriben necesariamente para una depresión.

El tratamiento tiene también un aspecto relacionado con la terapia física: masoterapia, ultrasonido o ultratermia, según el caso, y la práctica de ejercicios supervisados por un kinesiólogo. La actividad física debe empezar muy lentamente. En general, las personas con fibromialgia muestran un desacondicionamiento muy marcado porque han evitado el ejercicio debido a su malestar. “Para mí, fue clave hacer ejercicio: trote, natación y bicicleta, además de cuidar mi alimentación y descansar adecuadamente. La falta de sueño me hace pésimo”, dice Magdalena Y agrega:  “Pero lo más importante es que tu médico te comprenda; eso es un alivio”.

¿Qué causa la fibromialgia?

Se ha descubierto que la fibromialgia se desarrolla debido a un mal funcionamiento de los neurotransmisores del cuerpo. Los neurotransmisores son mensajeros químicos que ayudan a las células nerviosas a comunicarse entre sí y con otras células del cuerpo. Cuando funcionan correctamente, el cuerpo puede funcionar adecuadamente.

En el caso de la fibromialgia, la producción de neurotransmisores está alterada, y el cuerpo percibe los estímulos con más intensidad de lo habitual. Esto da lugar al dolor generalizado que se experimenta con la enfermedad.

La producción alterada de neurotransmisores no sólo afecta a la percepción del dolor por parte del cuerpo. El mal funcionamiento de los neurotransmisores también puede alterar otras funciones del organismo. Esto es lo que provoca los demás síntomas de la fibromialgia, como los dolores de cabeza, la fatiga y la niebla cerebral (olvidos, desconcentración).

Todavía se desconoce qué es lo que provoca este mal funcionamiento y qué es lo que causa específicamente el desarrollo de la fibromialgia. 

Factores de riesgo de la fibromialgia

Aunque se desconoce la causa específica de la fibromialgia, en general se cree que hay algunos factores que aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad. Estos factores incluyen:

Predisposición genética: Si alguien de su familia cercana padece fibromialgia, usted puede tener más riesgo de desarrollarla. En muchos casos, varios miembros de la misma familia se ven afectados por la fibromialgia, y algunos genes específicos pueden estar relacionados con la enfermedad.

El sexo: Si eres mujer, puedes tener más riesgo. Aproximadamente el 90% de las personas con fibromialgia son mujeres. Se desconoce por qué, pero las mujeres tienen el doble de probabilidades de desarrollar la enfermedad que los hombres.

Edad: Es más probable desarrollar fibromialgia a medida que se envejece. Sin embargo, los niños también pueden desarrollar fibromialgia.

La enfermedad: Se cree que tener lupus o artritis reumatoide aumenta el riesgo de desarrollar fibromialgia. Además, otras enfermedades, como una infección vírica, pueden provocar un brote de la enfermedad en las personas genéticamente predispuestas.

Factores desencadenantes del estrés: Un estrés elevado en el hogar o en el trabajo, o un traumatismo como un accidente de tráfico o una agresión, también pueden desencadenar un brote de fibromialgia en las personas predispuestas a padecerla.

Diagnóstico

Dado que no existe ninguna prueba de laboratorio o escáner que pueda detectar la fibromialgia, su médico tendrá en cuenta principalmente sus síntomas. El principal signo requerido para el diagnóstico de la fibromialgia es el dolor generalizado durante al menos tres meses. Se considera “dolor generalizado” el dolor en al menos cuatro de estas cinco regiones

  • Región superior izquierda, incluyendo el hombro, el brazo o la mandíbula
  • Región superior derecha, incluido el hombro, el brazo o la mandíbula
  • Región inferior izquierda, incluida la cadera, la nalga o la pierna
  • Región inferior derecha, incluida la cadera, la nalga o la pierna
  • Región axial, incluyendo el cuello, la espalda, el pecho o el abdomen

Si tus síntomas coinciden con los de otras afecciones, es posible que tu médico quiera realizar también análisis de sangre para descartar esa patologías. Sin embargo, al igual que un diagnóstico de fibromialgia no excluye otras afecciones, los padecimientos adicionales no descartan por completo la posibilidad de sufrir de fibromialgia.

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