Harry y Meghan volvieron a estar en las noticias. Eso sí, esta vez lejos de un vestido de novia, un embarazo o el nacimiento de un hijo. Los duques de Sussex entablaron una demanda contra “Mail on Sunday”, un periódico inglés que publicó una carta escrita por la duquesa dirigida a su padre.
La pareja más mediática del último tiempo asegura que hubo una violación a su privacidad y el príncipe afirmó que no quiere que su mujer tenga un final tan trágico como el de su madre cuando huía de los paparazzi.
Porque es cierto, Diana Spencer vivió día tras día huyendo de los flashes. Y eso que no alcanzó a ser víctima de los teléfonos móviles. Porque hoy en día no solo tendría que escapar de la prensa si no también, de cualquier persona con celular en mano.
Hace poco un famoso actor chileno me comentó que cada vez se mide más en lo que dice y hace porque siempre había alguien que sin ningún tapujo lo podía fotografiar o grabar.
Y esto no tiene mucha diferencia con imágenes de gente común y corriente que son captadas en un mal momento y que son viralizadas en cosa de segundos. O cuando se ventilan mensajes privados o mails, sin ninguna otra intención que provocar daño. Muchas veces, con resultados devastadores para los protagonistas.
¿Cuántos de ustedes habría grabado a una princesa tan famosa como Diana si la sorprendieran, por ejemplo, con un amante? ¿Cuántos de ustedes disparan la cámara del celular cuando ven a un famoso? ¿Cuántos de ustedes no dudarían en retratar a alguien que pase un momento vergonzoso?
Hay muchos más paparazzi de lo que se cree.
