
El aumento de productos sustentables hizo que una de las industrias más importantes del país, comenzara a crear su propia línea ecológica.
“A year of innovation in wine and fortified & other wine 2019” es el estudio realizado por Mintel, una empresa de análisis de mercado británico, y en él se señala que existe una clara predilección por lo saludable y sostenible, lo que también estarían incidiendo en el mercado de vinos y cavas.
En Chile, expertos aseguran que es mucho más fácil producir este tipo de vinos debido a que la cepa de parra es más resistente y pueden utilizar compost, y no utilizar fertilizantes o plaguicidas.
Sin embargo, las viñas no solo se preocupan de los fertilizantes, es por esto que existen vinos biodinámicos: estos mantienen el mismo respeto al medio ambiente pero lo lleva a un plano más holístico. Por ejemplo, una de sus prácticas es podar con luna menguante.
Además, desarrollan vinos naturales: la consigna para elaborar un vino natural es que la intervención en bodega sea la mínima. No utilizan levaduras comerciales, apenas se clarifican, no se añade azufre. El vino evoluciona de forma natural.
