Las circunstancias inéditas de la pandemia que azota al mundo no ha sido impedimento. Chanel nos Hace soñar nuevamente con una puesta en escena simplemente maravillosa titulada: “Balade en Mediterranée”.
Por Francisca Vives K
Inspirado en las legendarias actrices de la década de 1960, cuando iban de vacaciones a la Riviera italiana y francesa. Así se concibió esta hermosa colección Crucero 20-21 de Chanel. La primera de la casa francesa que no cuenta con aquellos deliciosos y glamorosos desfiles en algún lugar del mundo. El coronavirus trastocó los planes de llevar la colección a Capri, pero la adaptación fue quizás mejor que lo inicialmente planeado. “Tuvimos que adecuarnos”, dice Virginie Viard y agrega: “No sólo decidimos usar telas que ya teníamos, en general, la colección evolucionó hacia un viaje por el Mediterráneo… Las islas, el aroma del eucalipto, los tonos rosados de las buganvillas…”
Una colección que como se aprecia en las imágenes fue pensada para viajar liviano con “un guardarropa que se puede llevar en una pequeña maleta con ruedas o un bolso de mano”, comenta Virgine. Algunas prendas son muy fáciles de usar y de usos múltiples que combinan perfectamente, e incluso pueden ser transformadas: Las faldas largas, por ejemplo, se convierten en vestidos sin tirantes cuando se suben; las chaquetas oversize de gasa negra se pueden usar de día sobre un bikini triangular, o de noche con una blusa bordada y jeans, y si se usa sobre la piel desnuda, se convierte en un vestido. A su vez, los vestidos en fina lama transparente se combinan con chaquetas que se pueden desatar y deslizar sobre un par de pantalones cortos de crepé, mientras que los vestidos y faldas envolventes liberan movimiento. La buganvilla rosa ilumina trajes en cueros tan flexibles como una segunda piel, y en el clásico y siempre reinventado tweed, que en esta colección, se ha dejado sin forro para mayor fluidez. Simplicidad refinada, que pueden seguir descubriendo en chanel.com
